Las mujeres indígenas bolivianas han padecido la violencia por siglos. Ocho de cada diez de ellas han sido víctimas de golpes, vejaciones, maltratos y discriminación la mayor parte de su vida.
Muchas veces de sus propios cónyuges y familiares; en ocasiones terminan en feminicidios.
La historia empieza a cambiar…
Y es que un grupo de indígenas “Cholitas” inició un programa de adiestramiento en técnicas de defensa personal, para cuidarse de sus agresores.
Si seguimos viviendo con miedo, los hombres seguirán pisoteándonos y pisoteándonos. Si las mujeres son fuertes, ya no podrán maltratarnos. Por eso decidimos poner un alto a la violencia y desaparecerla de una vez por todas”, dijo Lucrecia Huayhua, indígena aymara.
Lucrecia Huayhua es una de las sobrevivientes de violencia. Con otras indígenas habitantes de las tierras altas de Bolivia, aprende taekwondo para ya no ser más víctima de agresiones.
En sus comunidades a gran altitud, rodeadas de peñascos, con sus coloridas faldas y bombines, indígenas “Cholitas” se suman al proyecto, Warmi Power, una iniciativa no gubernamental de empoderamiento femenino que opera en otros países andinos.
Nuestros talleres contemplan también mucho la parte psicológica, la parte de la actitud, la parte de las emociones, para que ellas logren empoderarse y puedan frenar ciertas agresiones, puedan reconocer cuando se encuentran en una situación de violencia, una relación tóxica y puedan detener la violencia antes de que ocurra y llegue al feminicidio”, indicó Laura Roca, entrenadora de autodefensa.