Miles de personas marcharon este viernes en las principales ciudades de Argentina para reclamar al gobierno de Javier Milei asistencia alimentaria para comedores comunitarios y rechazar políticas de ajuste en el país, donde la pobreza superó el 50% y la inflación el 250% interanual.
En Buenos Aires, la protesta se concentró a las puertas del Ministerio de Capital Humano, que tiene a su cargo la asistencia social.
“La emergencia alimentaria no puede esperar más, basta de ajuste fue la consigna de la convocatoria de organizaciones sociales y partidos de izquierda para visibilizar la situación crítica de 38 mil comedores comunitarios, último recurso de los más golpeados por la crisis económica”, dijo Alejandro Gramajo, de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).
“Este gobierno, en dos meses y poco de gobierno ha generado una situación de pobreza muy crítica”, agregó.
Desde que asumió, el 10 de diciembre pasado, Milei puso en marcha un fuerte ajuste fiscal que se tradujo en enero en el primer superávit fiscal después de 12 años.
La contracara es una creciente tensión social atizada por despidos, caída de jubilaciones, aumentos de precios de alimentos y medicamentos y un golpe a las tarifas de servicios públicos por la quita de subsidios.
El boleto de autobús subió 250% de un día al otro en Buenos Aires.
“No al aumento del transporte”, “El hambre no espera”, “Las ollas están vacías, los bolsillos también”, fueron algunas de las consignas de los manifestantes.
Algunos comedores denunciaron que recibieron del gobierno la última partida de alimentos en noviembre pasado y que desde entonces dependen de donaciones y ayudas municipales para asistir cada día a un número creciente de personas que buscan ayuda.
El gobierno adujo que busca llegar a los más vulnerables mediante ayuda directa y evitar la intermediación de organizaciones sociales, la mayoría opositoras al gobierno.
En cambio, hizo un convenio de asistencia alimentaria con las iglesias evangélicas por cerca de 200 mil dólares y otro por casi el doble con Cáritas Argentina, dependiente de la Iglesia Católica.
El Ministerio de Capital Humano inició un relevamiento de comedores para la compra transparente de alimentos, pero los centros comunitarios denunciaron que mientras lo realizan, se suspendieron todas las entregas.
“Las autoridades tienen todo su derecho de hacer cambios, pero mientras tanto hoy la realidad es que hay millones de familias que no están comiendo”, denunció Gramajo.
El gobierno reivindica la continuidad y actualización de la Tarjeta Alimentar, un subsidio directo mensual a padres de hasta dos hijos que en febrero llegó a 69 mil pesos argentinos (78.5 dólares al cambio oficial).