La condena al exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, es una muestra de que nadie está por encima de la ley, así lo subrayaron las autoridades de Estados Unidos.
Quien fuera funcionario y “mano derecha” de Felipe Calderón pasará 38.8 años en prisión por los delitos de narcotráfico, delincuencia organizada y mentir a las autoridades estadounidenses.
De acuerdo con el veredicto de Breon Peace, fiscal de Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York y Anne Milgram, administradora de la Agencia Antidroga de los Estados Unidos (DEA) el exfuncionario de México recibió millones de dólares en sobornos por parte del Cártel de Sinaloa.
Las autoridades estadounidenses señalaron que es un paso fundamental en la defensa de la justicia y la condena demuestra que nadie está por encima de la ley.
“Su traición a la confianza pública y a las personas a las que había jurado proteger dio lugar a la importación de más de un millón de kilogramos de estupefacientes letales en nuestras comunidades y desató una violencia incalculable aquí y en México”, declaró el fiscal.
Mientras que la administradora de la DEA, Anne Milgram, afirmó que la sentencia es un mensaje para quienes utilizan sus posiciones de poder para ayudar a los cárteles.
“García Luna aceptó millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa para permitir que millones de kilogramos de cocaína inundaran las calles de Estados Unidos. En lugar de proteger a los ciudadanos de México, García Luna protegía a los cárteles de la droga”.
Relación con el Cártel de Sinaloa
La Justicia de Estados Unidos señaló que García Luna utilizó sus cargos oficiales para ayudar al Cártel de Sinaloa a cambio de millones de dólares en sobornos.
Estos son los cargos públicos que ocupó García Luna:
- 1989 – Cisen
- 1990 – 1994 Policía Judicial Federal
- 1999 – Policía Federal Preventiva
- 2001 – Titular de la Agencia Federal de Investigación
- 2006 -Secretario de Seguridad Pública
Según el comunicado del Departamento de Justicia, las actividades de García Luna incluían facilitar el paso seguro de los cargamentos de droga del Cártel de Sinaloa, proporcionar información confidencial acerca de las fuerzas de seguridad y sus investigaciones.
Además, ayudar a atacar a otros cárteles de droga rivales, facilitando así la importación de cantidades de varias toneladas de cocaína y otras drogas a Estados Unidos.