El opositor ruso encarcelado Alexéi Navalny afirmó que es objeto de tres nuevas causas penales, en momentos en que aumenta la presión contra su movimiento y sus seguidores.
Navalny indicó en su cuenta en Instagram que es acusado del desvío de “todas las donaciones” hechas a su organización anticorrupción, así como de la creación de un grupo “que atenta contra los derechos de las personas”, y de insulto a una jueza durante un reciente proceso.
El opositor, de 44 años, afirma que fue visitado en su celda por un inspector del poderoso Comité de investigación, responsable de los principales casos criminales.
Me dijo que en nuestra querida Rusia se investigan tres nuevos casos graves. Y 21 investigadores del más alto nivel están a cargo. Y para todos ellos, el criminal soy yo”, escribió el activista.
“Mi poderosa organización criminal crece. Estoy cometiendo cada vez más delitos”, bromeó, añadiendo ser “un genio” del hampa.
Encarcelado en enero a su regreso a Rusia desde Alemania, tras sufrir un grave envenenamiento del que acusa al Kremlin, Navalny fue condenado a dos años y medio de prisión por un caso de fraude que se remonta a 2014, una pena calificada por muchos de maniobra política.
Cumple su condena en una prisión de la región de Vladimir, a unos 100 km de Moscú, donde en abril se declaró en huelga de hambre denunciando sus condiciones de detención.
Tras su arresto, que provocó manifestaciones de sus seguidores reprimidas por la policía, las autoridades rusas aumentaron la presión sobre el movimiento anticorrupción del opositor.
La justicia rusa examina actualmente una demanda para clasificar al Fondo Anticorrupción (FBK) y a las oficinas regionales de Navalny de “extremistas”, lo que podría traducirse en duras penas para sus colaboradores.
Aproximándose las elecciones legislativas de septiembre, el Parlamento ruso (Duma) además debe aprobar este martes en segunda lectura una ley que prohíbe a las personas vinculadas a organizaciones “extremistas” presentarse a esta consulta.
El equipo de Alexéi Navalny denuncia una maniobra cuyo objetivo es privar a sus partidarios de participar en las elecciones, en un momento en que la popularidad del partido de Vladimir Putin está en claro declive a causa del estancamiento económico del país.