Necoclí, puerto de Colombia en el Golfo de Urabá, está rebasado por una crisis migratoria.
Las lanchas y otras embarcaciones no son suficientes para que 15 mil migrantes cubanos, haitianos, venezolanos, africanos y asiáticos, cumplan su objetivo de cruzar el Golfo de Urabá, para internarse en la selva del Darién en panamá.
Yo pido a la autoridad colombiana que meta mano a ver como despachan el grupo que está acá y que esperen y reciban otro grupo”, expuso Denis Exode, migrante de Haití.
Una vez ahí, su plan es atravesar Centroamérica y México para llegar a Estados Unidos.
Las autoridades locales declararon el estado de “calamidad pública” y solicitaron ayuda al gobierno colombiano en esta situación, que se complica aún más por la pandemia de COVID.
No contábamos con tener tantos migrantes de transito que están desesperados por llegar a su destino final. Porque el objetivo de ellos no es quedarse en Necoclí, ni en Colombia, ellos van tras el sueño americano”, dijo Yamilis Tapias, vocera alcaldía de Necoclí, Colombia.
Hombres, mujeres, algunas embarazadas, niños y niñas, viven en las playas y calles en espera de poder embarcarse. Mil 500 arriban cada día.
Hay mucho haitiano aquí y hay más haitianos atrás que vienen, que vienen”, enfatizó Richardson Alzime, migrante de Haití.