El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, volvió a rechazar este lunes las acusaciones de corrupción que pesan sobre él en una breve comparecencia ante el Tribunal de Jerusalén, a seis semanas de unas elecciones cruciales para su supervivencia política.
Con una mascarilla sanitaria negra, Netanyahu, de 71 años, permaneció en la sala del Tribunal de Jerusalén durante unos 20 minutos.
Está siendo juzgado por cargos de corrupción, fraude y abuso de confianza en tres casos.
Estoy de acuerdo con la respuesta escrita en mi nombre”, dijo el primer ministro, refiriéndose a una carta escrita por sus abogados y presentada al Tribunal el mes pasado, según la cual el primer ministro no es culpable.
Netanyahu, que lleva 15 años como primer ministro, un récord, es el primer jefe de Gobierno de la historia de Israel juzgado mientras está en el cargo.
Fuera del Tribunal, decenas de manifestantes protestaron contra el primer ministro, pidiendo su salida.
Estamos aquí para barrer toda la suciedad y la corrupción que él ha creado en los últimos años”, dijo Claudie Manoque, una manifestante.
Netanyahu es un hombre corrupto que quiere establecer una dictadura en Israel y no se lo permitiremos”, agregó.
En el Tribunal, uno de los abogados, Boaz Ben Zur, acusó al fiscal general, Avichai Mandelblit, que había sido nombrado por Netanyahu, de gestionar mal el caso.
La reanudación del juicio fue posible gracias a la flexibilización de las restricciones contra el coronavirus y tras un aplazamiento de la vista prevista inicialmente para enero.
Benjamin Netanyahu, que no goza de inmunidad, había denunciado las “ridículas” acusaciones en la apertura de su juicio en mayo de 2020.
Sus abogados habían pedido varios meses para estudiar las pruebas contra su cliente.