En Estados Unidos la mayor ola de nevadas en décadas ha puesto en jaque a Texas, donde el hielo amenaza la seguridad de ciudadanos y conductores en autopistas y caminos. Miles han sido víctimas de apagones por el congelamiento y ruptura de cables eléctricos.
Por miles se cuentan los automovilistas y camioneros que, en medio del intenso frío, enfrentan largas filas y tiempos de espera de más de diez horas por el cierre de carreteras.
Se cancelaron más de 700 vuelos; las rutas de transporte de Dallas fueron suspendidas hasta el domingo, y desde ayer, no hay servicio de trenes. Además, ráfagas de viento agravan la situación aumentando el riesgo de accidentes.