Un tramo submarino de unos 250 metros del gasoducto Nord Stream 1 está destruido, revelaron los primeros resultados de las inspecciones realizadas por el operador del ducto, tras las explosiones de finales de septiembre.
“Se descubrieron cráteres En el fondo marino, cada uno a unos 248 metros de los otros. El tramo del ducto entre los cráteres, cuya profundidad es de tres a cinco metros, está destruido”, declaró la sociedad Nord Stream en un comunicado.
El pasado 26 de septiembre, se detectaron cuatro fugas en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 frente a la isla danesa de Bornholm, dos en la zona económica sueca y dos en la de Dinamarca.
La Fiscalía sueca, que abrió una investigación algunos días después del incidente, privilegia la hipótesis de un sabotaje. Las autoridades judiciales alemanas y danesas también participan en las investigaciones.
El consorcio Nord Stream, que gestiona la explotación de Nord Stream 1, dijo que continuará llevando a cabo sus propias investigaciones.
Ambos gasoductos conectan Rusia con Alemania y están en medio de las tensiones geopolíticas desde el inicio de la guerra en Ucrania.
En tanto, Rusia decidió interrumpir las entregas de gas a Europa en respuesta a las sanciones occidentales impuestas en su contra.
Origen de las fugas
El origen de las explosiones en los gasoductos sigue siendo desconocido y tanto Estados Unidos como Rusia niegan su responsabilidad.
Ucrania afirma que las fugas fueron el resultado de un “ataque terrorista planificado” por Rusia contra los países europeos.
Rusia, por su parte, acusó el lunes a Reino Unido de “dirigir y coordinar” el sabotaje, lo que Londres rechaza con firmeza.
El el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que hay pruebas de que Gran Bretaña está implicada en un sabotaje, un ataque terrorista contra las infraestructuras energéticas vitales, no rusas, sino internacionales.
Tales acusaciones ocurrieron después de un ataque con drones ucranianos contra su flota del Mar Negro en Crimea, cuya planificación Moscú también atribuyó a “expertos británicos”.
“Falsas afirmaciones”, replicó en Londres el jefe de la diplomacia británica, James Cleverly, quien comentó que las acusaciones rusas estaban “cada vez más alejadas de la realidad” y apuntaban a desviar la atención del pueblo ruso de los fracasos rusos en el campo de batalla.