Internacional

Nueva jornada de represión en Myanmar

Las fuerzas de seguridad dispararon este martes munición real y gas lacrimógeno contra los manifestantes antigolpistas en Myanmar y hubo varias personas heridas, tres de ellas muy graves.

Una veintena de personas resultaron heridas por la policía y el ejército en la ciudad de Kale, en el noroeste del país”, dijo un socorrista.

“Tres (personas), alcanzadas por balas reales, tienen que ser operadas urgentemente y están en estado crítico”, precisó un doctor del hospital donde fueron trasladadas.

Horas antes, un periodista, Kaung Myat Hlaing, fue detenido en su domicilio tras un aparente ataque de las fuerzas del orden contra el edificio donde vive, afirmó el medio para el que trabaja, Democratic Voice of Burma (DVB).

Estos nuevos incidentes tienen lugar dos días después de una sangrienta jornada de represión, en la que murieron al menos 18 personas, según la ONU.

Por miedo a las represalias, hubo menos manifestantes este martes en las calles del país, especialmente en Rangún, la capital económica. Frente a ellos, hubo un gran despliegue de las fuerzas de seguridad.

En el barrio de Sanchaung, en el norte de la ciudad, “lanzaron gas lacrimógeno y municiones de goma”, informó un habitante. “Vienen aquí para limpiar el barrio”, dijo otro vecino.

Las olas de detenciones continúan. Según la televisión estatal MRTV, mil 300 personas fueron arrestadas el domingo. Y la prensa encuentra cada vez más obstáculos para poder informar.

Varios periodistas fueron detenidos en estos últimos días, entre ellos un fotógrafo de la agencia de noticias Associated Press. Otros, como dos empleados de la agencia china Xinhua, fueron blanco de disparos de balas de goma.

Entre cortes de internet, arrestos masivos y disparos, la junta militar no deja de aumentar su represión desde el golpe de Estado del 1 de febrero que depuso al gobierno civil de Aung San Suu Kyi.

La exdirigente, de 75 años, está detenida en un lugar secreto. Por ahora, sobre ella pesan cuatro acusaciones: importación ilegal de walkies-talkies, no respeto de las restricciones sanitarias anticovid, violación de una ley sobre telecomunicaciones e incitación al desorden público.

La Premio Nobel de la Paz está “al parecer en buen estado de salud”, según su abogado, que vio a su clienta el lunes por videoconferencia por primera vez y aún no se le ha permitido reunirse con ella.

Deja un comentario

Back to top button