La gobernadora de Nuevo México, Michelle Luján Grisham, se impuso a la poderosa segunda enmienda estadounidense que protege el derecho de todos los ciudadanos a portar armas.
Luján emitió una orden de emergencia que suspende el derecho a esa portación de armas de fuego en público, que aplicará para la ciudad de Albuquerque y el condado circundante durante al menos 30 días.
La orden emergente es en respuesta a una ola de violencia armada en ese estado, pero particularmente en la zona señalada.
La gobernadora demócrata dijo que espera impugnaciones legales a esta medida, pero que se vio obligada a actuar debido a tiroteos recientes, incluida la muerte de un niño de 11 años afuera de un estadio de béisbol de ligas menores esta semana.
Otros intentos de prohibición en distintos estados han sido frenados en las cortes.
Luján Grisham dijo que la policía estatal hará cumplir lo que equivalen a violaciones civiles, aunque el jefe de policía de Albuquerque, Harold Medina, dijo que no acatará la orden.
Y el sheriff del condado de Bernalillo, John Allen, externó su preocupación por cumplir una instrucción que plantea demasiadas preguntas sobre los derechos constitucionales.