Soldados ucranianos aprovecharon las largas filas en los pasos fronterizos, donde están huyendo miles de la guerra, para obsequiar un presente a madres esposas e hijas por el Día Internacional de la Mujer.
“Creo que es la primera vez durante este día que sentí que era un día especial. Porque antes de eso era como el día en que tienes que hacer algunas cosas para estar a salvo. Así que gracias por traer emociones agradables”, comenta una refugiada ucraniana.
Porque cuando todo parece perdido, y contra todo pronóstico, son ellas quienes sacan la casta. Cómo las mujeres que han huido en medio de los bombardeos con sus hijos o sus mascotas en brazos.
O como las mujeres que se enlistaron en el Ejército. Son ellas quienes reúnen la fuerza para dejarlo todo, familia, casa, toda una vida, y con ello garantizar la seguridad de sus hijos o sus padres.
Aún con el corazón roto como Daría: “extraño a mis amigos, a mi papá. Mi papá se quedó en casa y estoy muy triste”.
Son la esperanza de quienes creen que ya todo está perdido.
“Porque si estamos viviendo dramáticamente, creo que hay razones para desear buena suerte, para desear que encontremos opciones en otro país, para encontrar nuevos trabajos”, comenta Milana, refugiada ucraniana.
Son quienes aman tanto, que prefieren quedarse en territorio de combate y, aunque no empuñen un arma, si contribuyen al conflicto elaborando panes para alimentar a los soldados. Tal y como lo hacen mujeres en un centro de acogida en Chernobsy, en el oeste de Ucrania.
“Sé lo que es pasar hambre. Es muy importante darle de comer a los demás, sin importar si los conocemos o no”.
Son la solidaridad de quienes dejan sus profesiones habituales, profesora para enlistarse como voluntarias y ofrecer cobijo y sustento a los desplazados.
Y son también, quienes alojadas ya en los campamentos de refugiados situados en las zonas fronterizas y en medio de la peor crisis de desplazados en la historia reciente, no se permiten dejar de soñar.
“¿Mi deseo? En primer lugar, a todas las mujeres de Ucrania, lo que realmente necesitamos ahora es fuerza, fe en nuestro ejército. Y que volveremos, todas mujeres, niños, a nuestra patria, porque la queremos mucho”, confía Victoria.