COVID-1, con la variante Omicrón, sofocará las celebraciones de Año Nuevo en todo el mundo por segundo año consecutivo, ya que gobiernos de muchos países cancelaron o recortaron los tiempos y aforos de las festividades para contener una ola desenfrenada de contagios.
En la semana del 23 al 29 de diciembre el mundo sobrepasó el hito simbólico del millón de contagios diarios.
En los últimos siete días, se detectaron de media un millón 045 mil infecciones diarias, 46% más que la semana anterior, según balances oficiales.
Numerosas naciones registraron máximos históricos de casos durante las 24 horas anteriores, incluidos Argentina, Australia, Bolivia, Estados Unidos, Francia e Italia, mientras la variante Ómicron del coronavirus se expande velozmente.
Aunque los estudios han sugerido que es menos mortal que algunas variantes anteriores, muchas autoridades sanitarias prefieren no arriesgarse y dijeron a las personas que la mejor forma de celebrar la llegada del 2022 era en casa y con muy pocos invitados, todos vacunados.
En Europa, los conciertos tradicionales y los espectáculos de fuegos artificiales se cancelaron en la mayoría de las ciudades importantes, incluidas Londres, París, Zúrich, Bruselas, Varsovia y Roma.
Las autoridades indias impusieron reglas estrictas para evitar reuniones masivas, con toques de queda nocturnos en todas las principales ciudades y restaurantes bajo órdenes de limitar los clientes.
La provincia canadiense de Quebec anunció un toque de queda nocturno antes del Año nuevo al dispararse los casos de COVID-19 en todo el país.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a las personas a reconsiderar los planes de fiestas. “Es mejor cancelar ahora y celebrar más tarde, que celebrar ahora y llorar más tarde”, dijo.
Sin embargo, algunos lugares siguen avanzando con sus planes, incluida Sidney, la primera ciudad importante en marcar el comienzo del Año Nuevo, que exhibe espectaculares fuegos artificiales sobre la Ópera y el Puente Harbour.
El año pasado, el gobierno prohibió que las multitudes asistieran a los fuegos artificiales, cuando el número de casos estaba por debajo de los 100, en comparación con las más de 12 mil nuevas infecciones reportadas ayer.