El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó este viernes por unanimidad sanciones contra los grupos armados que operan en Haití, un país sumido en el caos político, la violencia de estas bandas y un brote de cólera.
Los quince miembros de este órgano de la ONU aprobaron una resolución presentada por México y Estados Unidos, que prevé un embargo de armas, congelación de activos y prohibición de viajes a los principales actores de la violencia por un periodo “inicial” de un año, en las primeras sanciones de este tipo que adopta el Consejo desde 2017, cuando las impuso contra Malí.
Las medidas afectan a “individuos y entidades responsables o cómplices de acciones que amenazan la paz, la seguridad o estabilidad de Haití”: reclutamiento de menores, secuestros, tráfico de personas, homicidios y violencia sexual como arma de guerra, tráfico de armas, obstrucción de la entrega de ayuda humanitaria y ataques contra el personal o las misiones de la ONU.
La resolución cita expresamente a Jimmy Cherizier, alias “Barbacoa”, uno de los líderes más influyentes de los grupos armados y jefe de una alianza de bandas conocida como “La familia y aliados G9”.
Además de exigir un cese inmediato de la violencia, urge a todos los actores políticos a acordar la celebración de elecciones legislativas libres y justas tan pronto como la situación de la seguridad local lo permita.
Para el embajador de México, Juan Ramón de la Fuente, la resolución “envía una señal clara de que el Consejo de Seguridad no permanecerá con los brazos cruzados y actuará no solo en contra de los que generan violencia en la calle sino también sobre aquellos que los apoyan, los prohíjan y los financian”.
Se trata, según su colega estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, de “una primera respuesta a los pedidos de ayuda de la población haitiana”.
“Los haitianos quieren que actuemos contra los criminales, las bandas y los que las financian, que han socavado la estabilidad y agravado la pobreza en esta sociedad dinámica”, agregó.
Desde la Casa Blanca, el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, aseguró en un comunicado que las medidas adoptadas están “dirigidas no sólo a quienes participan de la violencia o la fomentan en todo Haití, sino también a quienes la financian”.
“Pesadilla”
El país caribeño está sumido en una crisis de gobernabilidad y violencia de bandas armadas sin precedentes que ha generado una situación “de pesadilla”, como la definió recientemente el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Las bandas criminales bloquean desde mediados de septiembre el acceso a infraestructuras básicas como la terminal petrolera de Varreux, la principal del país. Haití pidió la semana pasada apoyo a la ONU para reabrirla.
Asimismo, paralizan servicios básicos como la distribución de agua, la recolección de basura y el sistema de salud, lo que habría provocado el brote de cólera en el país a principios de octubre.
Esta resolución, de una rara unanimidad en estos tiempos en que este cuerpo esencial de la ONU se ha visto profundamente dividido por el conflicto de Ucrania, llega cinco días después de que sus miembros mostraran discrepancias sobre el envío de una fuerza internacional a Haití, como reclama el gobierno haitiano.