Internacional

ONU denuncia ataque contra periodistas y activistas en Afganistán

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) denunció ataques contra periodistas y activistas de derechos humanos afganos, en un momento en que el diálogo era más necesario que nunca en medio de conversaciones para tratar de poner fin a dos décadas de guerra.

El Gobierno afgano y los militantes talibanes iniciaron conversaciones de paz en Doha en septiembre pasado, pero las negociaciones se han estancado en gran medida. Washington está revisando un acuerdo que habría visto a las tropas occidentales abandonar el país en mayo.

El pueblo afgano necesita y merece un espacio cívico floreciente, una sociedad donde la gente pueda pensar, escribir y expresar sus puntos de vista abiertamente, sin miedo”, dijo Deborah Lyons, Representante Especial del Secretario General de la ONU para Afganistán.

“Las voces de los defensores de los derechos humanos y los medios de comunicación son fundamentales para cualquier sociedad abierta y decente”.

Entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de enero de 2021, 65 defensores de los derechos humanos y profesionales de los medios fueron asesinados, según el informe de la ONU. Cinco activistas de derechos humanos y seis periodistas fueron asesinados en los cuatro meses posteriores al inicio de las conversaciones de paz.

Afganistán está experimentando una nueva ola de “ataques intencionales, premeditados y deliberados de personas con los perpetradores en el anonimato”, lo que lleva a los profesionales a renunciar a sus trabajos y a abandonar sus hogares, ya los periodistas a ejercer la autocensura.

Muchos de los ataques involucran pequeños explosivos improvisados ​​llamados “bombas pegajosas”, que generalmente se adhieren a la parte inferior de los vehículos.

Pocos han sido reclamados por alguna parte beligerante, aunque el Gobierno ha dicho que los talibanes son los responsables. El grupo dice que solo apunta a funcionarios gubernamentales.

Los talibanes, que gobernaron Afganistán de 1996 a 2001, buscan derrocar al Gobierno respaldado por Occidente en Kabul y restablecer el dominio islámico.

Los militantes del Estado Islámico también operan en Afganistán, y los funcionarios del Gobierno han dicho que tienen vínculos con los talibanes, otro cargo que los talibanes niegan.

La agencia de espionaje de Afganistán dijo que dividió dos células la semana pasada en Kabul que operaban conjuntamente entre el Estado Islámico y la red Haqqani vinculada a los talibanes. Dijo que eran responsables de asesinatos de funcionarios y activistas y ataques con cohetes en la capital.

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