Una investigación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) concluyó que en Corea del Norte siguen cometiéndose crímenes contra la humanidad, en un contexto marcado por la impunidad y en el que la comunidad internacional debería intervenir para garantizar la rendición de cuentas, a través del Tribunal Penal Internacional (TPI).
La Comisión de Investigación de la ONU detectó en 2014 que se estaban cometiendo crímenes contra la humanidad en Corea el Norte y, siete años después, ha llegado a la misma conclusión.
Así, ha considerado que hay indicios suficientes que acreditan situaciones de exterminio, asesinato, esclavitud, encarcelamiento, abusos sexuales, persecución por razones políticas y desaparición forzosa.
Los testimonios de personas que han escapado del país asiático dan cuenta de abusos sistemáticos dentro del sistema penitenciario norcoreano, donde las autoridades infligirían daños tanto físicos como psicológicos a los reclusos de forma recurrente, desde palizas a uso prolongado de posiciones dolorosas pasando por falta de alimentos, trabajos forzados o nula atención médica.
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lamentó que siete años después del primer informe, no solo prevalece la impunidad, sino que se siguen cometiendo violaciones de Derechos Humanos que podrían equivaler a crímenes contra la humanidad.
Por este motivo, pidió a la comunidad internacional a priorizar la justicia y tomar medidas inmediatas para contener los abusos.
Los investigadores ven imprescindible que se recaben y preserven datos sobre estos abusos con vistas a garantizar una futura rendición de cuentas, bien sea mediante un tribunal internacional o en juicios que se puedan emprender en ciertos países bajo el principio de la jurisdicción universal.
También creen que estas pruebas pueden ser clave para reconocer los derechos de las víctimas y garantizar que no vuelva a ocurrir.
En su informe, los expertos indicaron que solo se puede lograr una paz duradera en la Península de Corea si las violaciones terminan y se cubren los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición.