El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se dijo el viernes “profundamente preocupado” tras la sangrienta operación antinarcotráfico de la policía en una favela de Río de Janeiro y pidió a la justicia brasileña una “investigación independiente e imparcial”.
De acuerdo con la policía al menos 25 personas, entre ellas un agente de la policía, perdieron la vida en esta operación, realizada el jueves en la favela de Jacarezinho, en la zona norte de la ciudad, que es la más violenta en la historia de Río de Janeiro.
Hemos recibido informes preocupantes según los cuales, tras lo ocurrido, la policía no tomó las medidas necesarias para preservar las pruebas en la escena del crimen, lo que podría dificultar la investigación”, dijo un portavoz de la institución de la ONU, Rupert Colville.
“Pedimos a la oficina del fiscal que lleve a cabo una investigación independiente e imparcial de este asunto, plegándose a las normas internacionales”, agregó a los periodistas en una rueda de prensa en Ginebra.
La redada policial tenía por blanco una banda que reclutaba a niños y adolescentes para el tráfico de drogas, robos, secuestros y asesinatos. La favela es base de la principal banda de narcotraficantes de la ciudad, llamada Comando Vermelho (comando rojo), y se transformó durante horas en un verdadero campo de batalla, con intensos tiroteos y helicópteros sobrevolando las casas.
El Alto Comisionado denunció el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía en las favelas brasileñas, una tendencia que, según Colville, dura desde hace demasiado tiempo.
Pedimos además un debate amplio e inclusivo en Brasil, sobre el modelo de mantenimiento del orden aplicado en las favelas”, dijo el portavoz.