Los padres de Mahsa Amini rechazaron el informe médico oficial según el cual la muerte de la joven iraní durante su detención no se debió a golpes, dijo un medio de comunicación local citando a un abogado de la familia.
Irán se ve sacudido por las protestas desde la muerte, el 16 de septiembre, de Mahsa Amini, una joven kurda iraní que falleció tres días después de su detención en Teherán por la policía de la moral, que le reprochó haber violado el estricto código de vestimenta del país, que exige el uso del velo en público.
“El 7 de octubre, la Organización Forense Iraní informó que la muerte de Mahsa Amini no fue causada por golpes en la cabeza ni en los órganos vitales, sino que está relacionada con una cirugía de un tumor cerebral a la edad de ocho años”, según el texto publicado por la televisión estatal.
Los abogados de los padres rechazaron el informe, indicó al periódico Etemad un abogado de los padres en una declaración a la autoridad judicial, Saleh Nikbakht, quienes pidieron que se revise la causa de la muerte y solicitaron a la justicia elegir a cinco especialistas (entre ellos, un neurocirujano y un cardiólogo) de una lista de 10 médicos seleccionados por los padres de Mahsa Amini.
“La defensa debe poder obtener aclaraciones sobre la forma en que se llevó a cabo la investigación y sobre el papel de la persona o las personas implicadas en la detención de Mahsa y su traslado a la jefatura de policía de la moral, para poder defender los derechos de los padres y eliminar las incertidumbres sobre la causa de la muerte”, destacó Saleh Nikbakht.
El 19 de septiembre, el padre de la joven, Amjad Amini, aseguró a la agencia Fars que su hija estaba “perfectamente sana”.
A finales de septiembre, Nikbakht informó que la familia Amini había presentado una denuncia contra los agentes de policía que habían detenido a la joven.
Asimismo, las y los activistas afirmaron que la joven sufrió una herida en la cabeza durante su detención. Las autoridades iraníes niegan todo contacto físico entre la policía y la joven, peros su muerte desencadenó protestas en el país y movimientos solidarios en todo el mundo.
Protestas por la muerte de Amini
Estas manifestaciones son las más importantes en Irán desde las de 2019 contra el aumento del precio de la gasolina y que fueron reprimidas con sangre.
Al menos 92 personas murieron desde el 16 de septiembre, según un último balance de Human Rights, mientras que un balance oficial da cuenta de unos 60 muertos, entre ellos, 12 miembros de las fuerzas de seguridad.
Las manifestaciones representan uno de los mayores desafíos para la teocracia de Irán, por ello, el país intensificó su represión en áreas kurdas. La policía antidisturbios disparó contra al menos un vecindario en Sanandaj, la capital de la provincia iraní de Kurdistán, mientras Amnistía Internacional y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca criticaban la violencia contra los manifestantes por la muerte de Mahsa Amini.
Vídeos posteriores mostraron a las fuerzas de seguridad golpeando y empujando a mujeres manifestantes, incluidas mujeres que se han arrancado el velo obligatorio o hiyab. Desde la capital, Teherán y otros lugares, aparecieron videos en línea a pesar de que las autoridades interrumpieron Internet.
Un video publicado en línea por un grupo kurdo llamado Organización Hengaw para los Derechos Humanos muestra calles oscuras con aparentes disparos y una hoguera ardiendo en Sanandaj, a unos 400 kilómetros al oeste de Teherán.
Ante esto, Amnistía Internacional criticó a las fuerzas de seguridad iraníes por “usar armas de fuego y disparar gases lacrimógenos indiscriminadamente”, incluso contra los hogares de las personas, por ello, instó al mundo a presionar a Irán para que ponga fin a la represión.