Desde la Basílica de San Pedro, en El Vaticano, el papa Francisco encabezó la santa misa en honor a la Virgen de Guadalupe, emperatriz de América y patrona de Filipinas.
El pontífice destacó que este año la celebración se realiza en un momento difícil para la humanidad.
“Es un periodo amargo, repleto de fragores de guerra, de crecientes injusticias, carestías pobrezas, sufrimiento. Hay hambre y aunque este horizonte parezca sombrío y desconcertante”, mencionó.
Asimismo, dijo que ella vino para acompañar al pueblo americano “en este camino tan duro de pobreza, explotación, colonialismos socioeconómicos y culturales”.
Además, durante su homilía, el papa Francisco aseguró que Dios conduce la historia de la humanidad en todo momento y que nada queda fuera de su poder, “que es ternura y amor providente”.
Se hace presente a través de un gesto, de un acontecimiento o de una persona. No deja de asomarse a nuestro mundo, necesitado y herido, para asistirlo con su compasión y su misericordia expresó.
Un momento difícil para la humanidad
El papa también lamentó que este año en que celebramos a la Virgen de Guadalupe en un momento difícil para la humanidad, es un período amargo, repleto de fragores de guerra, crecientes injusticias, carestías, pobreza y sufrimiento”.
Sin embargo, señaló que aunque este horizonte aparezca sombrío, desconcertante, con presagios de mayor destrucción y desolación, “el amor y la condescendencia divinas nos dicen que también este es un tiempo propicio de salvación”.
“El Señor, a través de la Virgen Madre, sigue dándonos a su Hijo, que nos llama a la fraternidad, a dejar de lado el egoísmo, la indiferencia y el antagonismo”, mencionó.
Asimismo, recordó que nos invita a hacernos cargo, ‘sin demora’, los unos de los otros e ir al encuentro de los hermanos y hermanas olvidados y descartados por nuestras sociedades consumistas y apáticas.
La súplica de la Virgen de Guadalupe
El pontífice dijo que en esta celebración, en la Basílica de San Pedro, Santa María de Guadalupe quiere encontrarse también con todos, como un día lo hizo con Juan Diego en el Cerrito del Tepeyac.
Quiere quedarse con nosotros. Nos suplica que le permitamos ser nuestra madre, que abramos nuestra vida a su Hijo Jesús y acojamos su mensaje para aprender a amar como él destacó.
Por último, el papa Francisco recordó que hoy, 12 de diciembre, se inicia en el continente americano la Novena Intercontinental Guadalupana, camino que prepara a la celebración del V Centenario del Acontecimiento Guadalupano en 2031.