El Papa Francisco llamó a la curia romana a dar pruebas de humildad y sobriedad y a huir de la tentación mundana y el orgullo.
Antes de la celebración navideña, a cardenales y obispos les dijo que la Navidad es el momento en que cada uno de nosotros “debe tener el coraje de liberarse de sus vestimentas y de su cargo, de su pedazo de gloria en el mundo y asumir su propia humildad”.
En Belén, el patriarca latino de Jerusalén cruzó la controvertida barrera de separación de Israel hacia la ciudad bíblica, donde inició las celebraciones previas a la Navidad.
Tengo que decirles a todos, especialmente a nuestro pueblo palestino, que tenemos que mirar al futuro con esperanza, permanecer unidos y unidos podemos convertirnos en un país muy fuerte y sólido en paz y solidaridad unos con otros”, dijo Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén.