El Papa Francisco presidió este domingo la solemne misa de Ramos en la plaza de San Pedro, pocas horas después de salir del hospital romano donde estuvo internado tres días por una bronquitis.
Como en otras ocasiones y debido a que se desplaza en silla de ruedas por sus dolores de rodilla, Francisco encabeza la ceremonia sentado en el centro del altar. Leonardo Sandri, vicedecano del colegio cardenalicio, que está por cumplir 80 años, es el reemplazo de Francisco para la eucarística de este domingo.
“Aún estoy vivo”, dijo bromeando a los fieles y periodistas.
El pontífice estuvo hospitalizado esta semana por una bronquitis, agradeció a los fieles las oraciones por su salud tras presidir la misa de Ramos este domingo en la plaza de San Pedro.
Les agradezco su participación y también sus oraciones, que se intensificaron durante estos últimos días. ¡Gracias, gracias de verdad!”, dijo a la multitud el pontífice argentino, de 86 años, tan solo un día después de haber sido dado de alta del hospital romano en el que estuvo tres días internado.
La salud del pontífice latinoamericano generó preocupación en todo el mundo después de haber presentado el miércoles dificultades respiratorias.
En su primera aparición pública para una ceremonia oficial, Francisco, se veía pálido y durante su homilía su voz era algo ronca.
El Papa ingresó en el papamóvil a la inmensa explanada para la misa que marca el inicio de la Semana Santa y a la que se temía que no pudiera asistir por razones de salud.
De pie en el obelisco central de la plaza el bendijo primero miles de ramos de olivo y palma, un rito para las creyentes en recuerdo de la entrada de Jesucristo a Jerusalén.
Durante la homilía denunció la soledad de los enfermos, entre los varios temas que abordó al hablar de las personas abandonadas.
“Hay tantos cristianos abandonados, invisibles, escondidos, que son descartados con guante blanco: niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor”, subrayó.
Agenda incierta para las actividades de Semana Santa
Con la misa de este domingo se abre una agotadora semana para el anciano pontífice, que incluye la misa “In Coena Domini” del Jueves Santo en la cárcel de menores de Casal del Marmo en Roma.
El portavoz del papa, Matteo Bruni, adelantó que la misa en esa institución se celebrará de “forma privada”, a una hora aún por fijar.
Para el Vía Crucis nocturno del Viernes Santo en el Coliseo Romano, al que suelen asistir fieles y turistas de todo el mundo, aún no se conoce la programación.
Si su evolución favorable se confirma, es probable que el Domingo de Pascua, con ocasión de la bendición “Urbi et Orbi”, a la ciudad y al mundo, el papa se asome desde la logia central de la basílica de San Pedro para leer el tradicional mensaje sobre los problemas del mundo.