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Parlamento de Irak es ocupado por manifestantes por segundo día consecutivo

FOTO: AFP

El influyente líder político chiita, Moqtada Sadr, llamó este domingo a sus seguidores a ampliar las protestas y a apoyar a los manifestantes que, por segundo día consecutivo, ocupan el Parlamento iraquí, aumentando la tensión en la grave crisis política.

A pesar de los gases lacrimógenos, los cañones de agua y las temperaturas que rozaron los 47 ºC, los manifestantes irrumpieron el sábado en el hemiciclo, situado en la llamada Zona Verde, el área más protegida de Bagdad, donde se hallan las instituciones y las embajadas.

Casi 10 meses después de las elecciones de octubre, Irak sigue sin un nuevo Gobierno a tenor de las intensas negociaciones entre las formaciones.

Sadr, un clérigo que llegó a dirigir una milicia contra las fuerzas gubernamentales iraquíes y el ejército de Estados Unidos, está utilizando las protestas callejeras para señalar que sus puntos de vista deben tenerse en cuenta en la formación del nuevo Gobierno, según los analistas.

El desencadenante de la ocupación viene tras la decisión del opositor al bloque chiita, de tendencia proiraní, de elegir al exministro del Ejecutivo, Mohamed Shia al Sudani, al puesto de primer ministro.

Este domingo, los manifestantes festejaron el mes musulmán de Muharram, una celebración tradicional chiita, con cánticos religiosos y grandes comidas colectivas. 

Por Twitter, Sadr celebró una revolución espontánea y pacífica que liberó la Zona Verde, lo que considera “una primera etapa” y una oportunidad extraordinaria para un cambio fundamental del sistema político. 

Por lo que llamó a continuar la movilización y pidió “a todo el mundo”, incluso a los diputados, a las fuerzas de seguridad, a los miembros del Hachd Al Shaabi (antiguos paramilitares proiraníes integrados en las fuerzas armadas) a apoyar “a los revolucionarios”.

Los voluntarios distribuyeron sopa, huevos duros, pan y agua a los manifestantes, que se preparaban con colchones a pasar una segunda noche en el Parlamento.

También recibieron consignas para hacer turnos y garantizar la ocupación del recinto, al que ya penetraron brevemente el miércoles pasado para protestar contra la candidatura de Al Sudani.

Escalada continua

Mohammed Shia al Sudani fue la propuesta a primer ministro de la alianza del Marco de Coordinación, una coalición de facciones chiitas proiraníes que incluye al partido del exprimer ministro Nuri Al Maliki y a representantes de los Hashd Al Shaabi.

Esta coalición lamentó en un comunicado “una escalada continua” de la tensión y acusó indirectamente a Sadr de convocar un Golpe de Estado con su mensaje por Twitter.

A su vez, reiteraron su llamado al diálogo con todas las fuerzas políticas, sobre todo de la corriente sadrista.

En un Irak multiconfesional y multiétnico, la formación de un Gobierno ha implicado negociaciones complejas desde que la invasión liderada por Estados Unidos en 2003 derrocara a Sadam Husein. 

El bloque de Moqtada Sadr emergió de las elecciones de octubre como la facción parlamentaria más importante, pero lejos de la mayoría.

Inicialmente, la corriente sadrista tenía la ambición de nombrar al primer ministro y formar un Gobierno “de mayoría” con sus aliados kurdos y sunitas.

En junio, sus 73 legisladores dimitieron en un intento de desencallar la creación de un nuevo Gobierno, lo que convirtió a la facción proiraní en mayoritaria en el hemiciclo. Aún así, no se alcanzó ningún acuerdo para nombrar a un jefe de Gabinete.

“Ahora, el mensaje de Sadr a los que intentan formar gobierno es que tiene el poder de la calle”, explicó Renad Mansour, del centro de investigación británico Chatham House.

Tanto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como la Unión Europea (UE) advirtieron de la escalada de tensiones. 

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó al “diálogo pacífico e inclusivo” para formar un Gobierno nacional efectivo, mientras que la UE pidió negociaciones constructivas. 

Asimismo, las autoridades kurdas iraquíes en el norte del país se ofrecieron a albergar conversaciones en su capital, Arbil.

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