El uso por primera vez en el Parlamento español del catalán, el vasco y el gallego provocó tensiones este martes, con la extrema derecha denunciando una nueva concesión del gobierno de Pedro Sánchez a los independentistas catalanes.
Como protesta, los diputados del partido ultranacionalista Vox abandonaron el hemiciclo cuando hablaba en gallego un diputado del Partido Socialista de Sánchez y devolvieron los aparatos que permiten seguir la traducción simultánea al castellano.
“No vamos a ser cómplices de esta ruptura de nuestra convivencia”, afirmó a periodistas en los pasillos del Parlamento María José Millán, presidenta del grupo parlamentario de Vox, formación de extrema derecha antiindependentista y crítica de la acentuada descentralización de España.
“No usaremos traductores para comunicarnos con personas de Salamanca, Barcelona o Vigo”, señaló posteriormente en un mensaje en la red social X (antes Twitter).
El principal partido de derecha, el Partido Popular, reclamó infructuosamente al inicio de la sesión que no se utilizaran estas lenguas hasta el jueves, cuando se aprobará formalmente el cambio en el reglamento del Parlamento.
Poder usar el catalán, el gallego y el vasco en las sesiones plenarias del Parlamento español era una demanda de larga data de los partidos nacionalistas de las regiones donde se utilizan.
Junts per Catalunya (Juntos por Cataluña), el partido del independentista catalán Carles Puigdemont, logró a mediados de agosto hacerla realidad a cambio de su apoyo crucial para elegir como presidenta del Congreso de los Diputados a la socialista Francina Armengol.
“Día histórico”
“Es un día histórico (…) por fin se respetarán los derechos de los catalanohablantes”, dijo en esa lengua Miriam Nogueras, presidenta del grupo parlamentario de Junts.
El catalán, el vasco y el gallego tienen estatus de lengua cooficial en seis regiones de España, cuya única lengua oficial en todo el territorio es el castellano.
En Cataluña, País Vasco y Galicia se enseñan, junto al castellano, estas lenguas en los colegios y se utilizan en la administración pública y en el parlamento regional.
El partido de Puigdemont, expresidente regional catalán que huyó a Bélgica para escapar de la justicia española, también exigió que Madrid buscara el reconocimiento del catalán, el vasco y el gallego como lenguas oficiales de la Unión Europea.
Una solicitud que fue debatida este martes por los ministros de Asuntos Europeos del bloque, que plantearon objeciones y pidieron más tiempo para decidir.
Los votos de los siete diputados del partido de Carles Puigdemont serán indispensables para Sánchez si quiere formar un nuevo gobierno en las próximas semanas.
Para dar su apoyo, Puigdemont solicitó a cambio principalmente una amnistía para los independentistas procesados judicialmente por el intento de secesión de Cataluña de 2017.
Las elecciones legislativas del 23 de julio no arrojaron una mayoría clara. El líder del PP, el conservador Alberto Núñez Feijóo, quedó en primer lugar y el rey Felipe VI le encomendó presentar su candidatura a presidente del gobierno en el Parlamento.
Esa votación tendrá lugar la semana que viene, sin opciones para el jefe de la derecha de lograr la mayoría necesaria para tener éxito.
Sánchez, en segundo lugar en las legislativas, tendrá entonces dos meses para presentar su candidatura. Si no logra ser investido por el Parlamento, se convocarán nuevas elecciones, previsiblemente en enero.