El Parlamento italiano aprobó este martes por amplia mayoría, el ambicioso plan de recuperación económica de Italia elaborado por el economista y primer ministro Mario Draghi.
El plan, de seis años de duración, por un monto de 222 mil 100 millones de euros y financiado por la Unión Europea, deberá reactivar la economía de la península, devastada por la pandemia de coronavirus.
La iniciativa recibió 442 votos a favor, 19 en contra y 51 abstenciones entre los diputados, y por la noche el Senado le dio luz verde con 224 votos a favor, 16 en contra y 21 abstenciones.
El gobierno italiano quiere someter su plan a la Comisión Europea en Bruselas a más tardar el viernes.
Draghi, quien encabeza una coalición heterogénea que va de la izquierda a la derecha, pidió la rápida aprobación para poder acceder lo antes posible a los fondos europeos.
Con ello respondió a las duras críticas de la líder de la extrema derecha Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, quien se abstuvo durante la votación y alegó que “no se puede aprobar un documento tan estratégico, de más de 300 páginas, con sólo 24 horas para estudiarlo”.
Italia es el principal beneficiario del plan europeo de recuperación con 191 mil 500 millones de euros en préstamos y subvenciones, el cual debe ser aplicado en menos de seis años.
A esa cantidad se suma un fondo nacional de 30 mil 600 millones de euros gracias a una ampliación del déficit.
Para después de 2026 el gobierno de Draghi ha programado gastos por 26 mil millones de euros, con lo que los fondos totales ascienden a 248 mil millones de euros.
Se trata de un reto histórico para Italia, que sólo acaba de comenzar”, comentó Sergio Luciano, director de la revista especializada Economy.
Entre las principales prioridades figuran la renovación de buena parte de sus infraestructuras, que incluye construir líneas ferroviarias, autopistas e incluso puertos.
No se trata sólo de planes y programas. Es una inversión en el futuro y en las nuevas generaciones”, dijo Draghi.
Italia quiere cerrar la brecha entre el norte desarrollado y el sur pobre de la península, entre hombres y mujeres, y entre generaciones, así como acabar con la engarbullada burocracia italiana y la legendaria lentitud de la justicia.
Otro reto clave será la transición ecológica, los proyectos de energía con hidrógeno, el desarrollo de fuentes renovables, así como la digitalización.