La Cámara Alta del Parlamento ruso aprobó este miércoles una ley que facilita la movilización militar de los rusos, un texto que ahora espera la firma de Vladimir Putin.
Sin embargo, el Kremlin niega que se trate del comienzo de una nueva movilización de reservistas para el frente ucraniano.
Según la nueva ley, un reservista podrá ser convocado por vía electrónica, a través de un portal de los servicios públicos rusos o incluso si la orden se entrega a un tercero. Hasta entonces, las citaciones debían entregarse obligatoriamente en persona.
Muchos rusos movilizables escapaban hasta ahora a las convocatorias por ausentarse de sus direcciones oficiales. Esto no debería ser posible en breve.
La Duma (Cámara Baja) aprobó el texto en cuestión de horas el martes. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, defendió la disposición de las autoridades al considerar que estos documentos eran “extremadamente importantes”.
Conmoción
Esta nueva ley provocó una gran conmoción entre una parte de la población. Una vez en vigor el texto, todo ruso movilizado “será considerado como refractario”, un delito castigado con pena de prisión, si se niega a recibir su citación o si no es localizable.
Después de negarse a preparar una movilización, Rusia llamó, después de una serie de reveses militares, a 300 mil reservistas para combatir en Ucrania.
Además, decenas de miles o incluso cientos de miles de rusos han huido del país por temor a tener que ir a combatir.
“Es preocupante como todas las leyes votadas desde hace un año. Como se adoptó en solo dos días, nada bueno se puede esperar de ella”, dijo un ruso de 28 años, movilizable y residente en el norte del país y quien pidió el anonimato por razones de seguridad.
Atrapar a los recalcitrantes
Otro ruso de 21 años que habita en Siberia y prefiere también el anonimato para garantizar su seguridad, se dice preocupado, como todo el mundo, debido que aun no ha realizado el servicio militar obligatorio de un año.
Lo que es alarmante, es la urgencia y la intransigencia de la nueva ley” afirmó.
Asimismo, dijo que, como muchos otros, ha ignorado la oficina de reclutamiento desde el inicio del conflicto.
La policía tiene derecho a buscar a los refractarios, que pueden ser condenados a penas de cárcel, según la ley rusa.
El Servicio de Impuestos, las universidades y toda una serie de organismos públicos tendrán por deber suministrar todas las informaciones personales de los movilizables.
El rechazo a presentarse en la oficina privará así a los rusos de la posibilidad de trabajar como empresarios o independientes, recibir préstamos o disponer de casa o auto.
Estas medidas se aplican también a decenas o centenares de rusos que huyeron del país y viven especialmente de alquileres de viviendas o trabajan a distancia con empresas rusas.
Según el experto ruso Alexei Tabalov, director de la organización Escuela del Conscripto, hay formas de evitar el ejército: certificados de incapacidad, estudios, sobornos, pero que la vida se volverá cada vez más difícil para quienes buscan un escondite.
“El grado de libertad es reducido para quienes desean esconderse de la oficina de reclutamiento. El Estado los atrapará”, señala Tabalov.
Para el experto, las autoridades tratarán de convencer a los conscriptos que son llamados cada año a enrolarse.
“Harán un trabajo de fondo con los convocados, los convencerán, los amenazarán y presionarán para que formen el contrato”, dijo.
La anterior movilización de septiembre de 2022 provocó de todas maneras la fuga de miles de rusos al extranjero.