El personal de la cancillería francesa se encuentra en una jornada de huelga, la primera en casi 20 años, contra una serie de reformas que, en su opinión, ponen en peligro la eficacia y el prestigio de la diplomacia de Francia.
La segunda huelga en la historia del Ministerio, tras la de 2003 por cuestiones de indemnización, fue convocada por seis sindicatos y un colectivo de 500 jóvenes diplomáticos, que cuenta con el apoyo incluso de diplomáticos de alto rango.
“Defender los intereses de Francia y servir a los franceses en el exterior no se improvisa. Sin lugar a dudas, hay que reformar y reforzar nuestra diplomacia, pero no borrarla”, publicó en su cuenta de Twitter el cónsul general en San Francisco, Frederic Jung.
La reforma de la alta función pública que promueve el presidente liberal, Emmanuel Macron, prevé que los altos funcionarios ya no estén afectados a una administración específica, sino que cambien regularmente durante su carrera.
Para los diplomáticos, 700 de los cuales se ven afectados, esta reforma se traduce en una fusión y una extinción gradual para 2023 de dos cuerpos históricos y en el fin de la diplomacia profesional.
“Nuestro ministerio está dañado, debe ser reparado”, aseguró el líder del sindicato CFTC, Olivier Da Silva.
El reciente nombramiento de Catherine Colonna, una diplomática de carrera, como ministra de Exteriores se ve como un “mensaje” hacia el personal de la Cancillería, que asegura haber “entablado un diálogo social de calidad” con todas las organizaciones sindicales.
Francia cuenta con la tercera red diplomática en el mundo tras Estados Unidos y China. El Ministerio de Relaciones Exteriores emplea unos 13 mil 500 agentes, según cifras oficiales.