Este sábado 14 de septiembre fue sepultado el presidente de Perú Alberto Fujimori y con ello finalizaron los tres días de duelo nacional decretados por la presidenta sustituta, Dina Boluarte, más no la división entre partidarios y opositores de la administración del mandatario, que dirigió el destino de este país de 1990 al año 2000.
Sus detractores, muchos de ellos familiares de víctimas de asesinatos o persecución política durante su gestión sentenciaron que Fujimori murió sin ofrecer una disculpa pública por su sistemática violación a los Derechos Humanos, que sostienen cometió durante su mandato al implementar la “guerra contra el terrorismo”.
Este conflicto interno para perseguir a la guerrilla, sendero luminoso, dejó más de 69 mil muertos y 21 mil desaparecidos entre 1980 al año 2000, la gran mayoría civiles, según una comisión de la verdad.
“El señor nunca nos pidió ni disculpa ni perdón, ni pagó una reparación. Para mí es un dictador condenado por varios delitos”, dijo Gladys Rubina, hermana de una de las 15 víctimas de la masacre de Barrios Altos a la Agencia Francesa de Prensa (AFP).
Por su parte, Salomón Lerner Febres, quien presidió la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), formada para investigar los años de violencia política en Perú desde 1980 al 2000, lamentó que el exmandatario peruano “haya partido sin pedir perdón a las víctimas civiles del conflicto”.
“Ha sido una persona que trabajó por el Perú, hizo cosas buenas, pero en otras no estuvo a la altura del cargo que tuvo y usurpó”, dijo.
La opinión de ambas ciudadanas contrasta con la postura de sus partidarios, quienes afligidos siguieron de cerca los funerales de Fujimori realizados en el Gran Teatro Nacional, contiguo al Ministerio de Cultura y con capacidad para mil 500 personas.
“Este hombre que pacificó al país tuvo los pantalones bien puestos para luchar contra el terrorismo. Desde mañana a seguir con su legado, porque el fujimorismo nunca muere, seguirá en la historia con todas su ideas y trabajo”, señaló Édgar Grados, un comerciante de 43 años.
Dina Boluarte despide en silencio a Fujimori
La presidenta sustituta de Perú, Dina Boluarte encabezó en silencio el último acto oficial en memoria de Fujimori, quien tuvo un funeral de tres días, antes de ser sepultado en el cementerio de Huachipa ubicado en el este de Lima.
Durante los actos fúnebres, el féretro de Fujimori fue rodeado por familiares y simpatizantes y su tumba lleva una lápida de mármol negro.
Fujimori preso por masacre
El expresidente peruano, de 86 años, fue condenado a 25 años de prisión por las masacres cometidas en los municipios de Barrios Altos y Cantuta, donde 25 personas fueron ejecutadas a sangre fría por un escuadrón militar en 1991 y 1992 pero sólo permaneció 16 años recluido.
Sin embargo, durante los 16 años que estuvo preso, Fujimori siempre defendió su inocencia y pidió abandonar la cárcel.
Durante la ceremonia Keiko Fujimori, hija del exmandatario peruano se mostró conmovida y expresó que su padre por fin fue absuelto.
“Finalmente eres libre del odio y la venganza, eres libre de esos 16 años de prisión injusta, el pueblo peruano te ha absuelto de tanta persecución”, expresó su hija Keiko en un emotivo ritual religioso.