La población de Ishikawa, en Japón, golpeada por el potente sismo de 7.5 grados que el pasado lunes causó la muerte de al menos 126 personas, ahora sufre por la nevada que se intensificó este domingo, complicando las labores de rescate de más de 200 personas desaparecidas, y la entrega de suministros a los habitantes que han quedado aislados en algunas zonas por la destrucción de caminos.
La comida y el agua escasean en varias comunidades, mientras crece la preocupación por la nieve y la lluvia, que aumentan el riesgo de aludes de lodo y otros daños, en tanto que la nieve se acumulaba en los tejados de las casas que continúan en pie, por lo que muchos pobladores han preferido dormir en los autos.
Ante tal situación, el Gobierno japonés acelera sus esfuerzos para evaluar los daños causados, principalmente de las más de mil 300 viviendas, caminos, instalaciones públicas y zonas de cultivo, con el fin de impulsar el apoyo financiero, que en el caso de las casas podría ascender hasta 20 mil dólares.
Por lo pronto, informó que alquilará habitaciones en hoteles y posadas para los evacuados que ya sufren del inclemente clima.
En tanto, Elsa, una perra rescatista descrita por su adiestrador como “la mejor”, trabaja junto a militares y socorristas en la desesperada búsqueda de sobrevivientes.
Atravesando ágilmente tejas sueltas y vigas de madera, Elsa olfatea entre los escombros de casas en ruinas en Wajima, una de las ciudades más afectadas por el sismo.