El nuevo presidente de Burkina Faso, Roch Marc Christian Kabore, se comprometió a hacer de la seguridad su prioridad el lunes después de que asumió el mando del atribulado país del Sahel por un segundo mandato.
Tengo la intención de ganar la apuesta de brindar seguridad y estabilidad a nuestro país y asegurar que las personas desplazadas regresen a sus hogares”, dijo el hombre de 63 años después de prestar juramento en un estadio deportivo de la capital, Ouagadougou, ante 10 jefes africanos de estado y mil 200 invitados.
Kabore reconoció la magnitud del daño causado por los yihadistas, que extendieron su campaña desde Mali en 2015.
Al menos mil 200 personas han muerto y un millón de los 20.5 millones de habitantes de Burkina Faso han huido de sus hogares. Gran parte del país está fuera del control del Gobierno.
En los últimos cinco años, nuestro país ha sido blanco de grupos terroristas armados, cuyas acciones han interrumpido nuestra búsqueda de desarrollo, nuestra unidad social y nuestra vida comunitaria”, dijo Kabore.
Prometió lanzar una “amplia consulta” en los próximos meses sobre “establecer caminos hacia la conciliación nacional”.
Tendría en cuenta “delitos políticos, económicos y de sangre que, desde (la independencia de Francia en) 1960 hasta el día de hoy, han continuado envenenando las relaciones”.
Kabore, elegido por primera vez en 2015, ganó un 57.74% de los votos el 22 de noviembre, obviando la necesidad de una segunda vuelta.
A su inauguración asistieron varios candidatos de la oposición, que inicialmente afirmaron que la votación tenía fallas antes de reconocer la victoria de Kabore.
Entre ellos se encontraba el líder de la oposición Eddie Komboigo, jefe del partido del derrocado presidente Blaise Compaore.
Compaore fue expulsado de su cargo en 2014 por una revuelta pública.
Se refugió en Costa de Marfil, pero sigue sujeto a una orden de arresto emitida en virtud de una investigación sobre el asesinato del carismático líder Thomas Sankara en 1987.
El reinado de 27 años de Compaore es considerado con cariño por muchos burkineses, quienes lo recuerdan como una época de estabilidad y ven a Kabore demasiado lento para responder a la amenaza yihadista.
Komboigo obtuvo un considerable 15% de los votos presidenciales y su partido quedó segundo en las elecciones legislativas que también se celebraron el 22 de noviembre.
El partido MPP de Kabore ganó 56 de los 127 escaños en la Asamblea Nacional, lo que significa que tendrá que forjar una vez más una coalición para gobernar.