El presidente de Chile, Gabriel Boric, inició este jueves su primera visita en ocho meses de gobierno a la región de la Araucanía, una zona en conflicto con indígenas mapuches, donde calificó de “terroristas” los ataques recientes.
La visita de Boric de dos días a la región, fue antecedida por una serie de atentados con incendios de cabañas, una escuela recién inaugurada y una iglesia, además de cortes de rutas en zonas rurales.
“Son unos cobardes. Los vamos a perseguir con toda la ley. ¿A qué me recuerda la quema de la escuela y la iglesia? Me recuerda a cuando en la década de 1930 los nazis quemaban las sinagogas. La escuela me recuerda cuando en septiembre 1973 la Dictadura Militar quemaba libros”, señaló Boric al ser consultado sobre los ataques en La Araucanía.
Boric ha sido blanco de las críticas de familiares de víctimas y de dirigentes opositores por definir algunos ataques en la región como delincuencia o vandalismo.
“Yo no quiero entrar en una polémica semántica respecto a esto, creo que nos hace mucho daño. Yo creo que en la región han habido actos de carácter terrorista”, matizó el mandatario.
En ese sentido ejemplificó como un acto “terrorista” el ataque este año a una casa y el incendio de un molino de una familia en esta zona con fuerte presencia de agricultores de origen alemán.
La Coordinadora Arauco Malleco (CAM), una de las principales organizaciones radicales mapuche que se ha atribuido ataques incendiarios forestales, emitió el miércoles un comunicado para rechazar el primer viaje del presidente a la zona: “Fuera Boric del Wallmapu”.
“Su viaje al Wallmapu (nación mapuche, en mapudungun) obedece a los intereses de la oligarquía, al poder de los grupos económicos que confrontan directamente con la causa mapuche”, indicó el comunicado de la CAM.
El comunicado del grupo que se considera parte de un movimiento mapuche autonómico, agregó: “para nosotros, nada ha cambiado. Por el contrario, ahora el colonialismo y el capitalismo se presentan con aires ‘progresistas’, reacomodándose en el Wallmapu para continuar con el saqueo, la criminalización, la represión, el asesinato y el encarcelamiento de nuestros weichafe (combatientes)”.
Sin “varita mágica”
Aunque hubo alguna manifestación en contra y a favor de la visita del presidente cuando llegó a Temuco, el amplio despliegue de seguridad en la zona que visita impidió la realización de protestas más numerosas.
Boric está acompañado de los ministros del Interior, Carolina Tohá; de Obras Públicas, Juan Carlos García, y con la ministra a cargo de las relaciones del Ejecutivo con el Congreso, Ana Lya Uriarte, junto a quienes presentó un resumen de las gestiones que han venido preparando para que esta región encuentre una vía de diálogo y paz a un conflicto histórico por la reivindicación de tierras del pueblo mapuche.
“Lo dicho desde antes de ser Presidente: la única forma de detener esta escalada de violencia, en que delincuentes instrumentalizan la legítima aspiración de justicia, reconocimiento y tierra del pueblo mapuche para sus fines delictuales, es abordar esta deuda histórica de manera seria y con perspectiva. Y esto no hay atajos, no hay bala de plata, no hay varita mágica”, aseguró el mandatario chileno.
“No hemos sido capaces de encontrar el camino para la paz”, lamentó Boric tras reunirse con autoridades locales, familiares de víctimas de la violencia y el gobernador Luciano Rivas, a quien prometió la creación de dos nuevos centros de atención para víctimas de la violencia rural.
Solo en lo que va de 2022, se han registrado al menos ocho muertos de la llamada violencia rural.
En una escalada de violencia inédita, y con arrestos recientes de policías vinculados al tráfico de armas y a mafias de robo de madera de la rica industria forestal, en la Araucanía hay zonas en que dirigentes indígenas radicalizados no permiten el ingreso a nadie ajeno a su pueblo.
Fue el caso en Temucuicui, localidad rural donde se dirigía la entonces ministra del Interior, Izkia Siches, dos días después de la asunción en marzo del presidente Boric, cuando su comitiva fue amedrentada con balazos al aire.