El presidente Emmanuel Macron concluye este viernes 1 de diciembre su visita de tres días a Estados Unidos con un viaje a Nueva Orleans, una ciudad que fue francesa antes de que Napoleón Bonaparte se la vendiera a los estadounidenses en 1803.
Al día siguiente de una recepción fastuosa en la Casa Blanca que selló la “amistad” del presidente francés con su homólogo estadounidense, Joe Biden, Macron pasará menos de 24 horas en esta ciudad de Luisiana, en el sureste del país.
En Nueva Orleans, Macron prevé anunciar la iniciativa: “El Fondo Francés para Todos’ (French for All), para apoyar el aprendizaje de este idioma desde los primeros años de colegio hasta la universidad, “especialmente entre los más desfavorecidos, que pueden encontrar en el francés un multiplicador de oportunidades”, explicó el miércoles a franceses en Washington.
Siguiendo los pasos del general Charles de Gaulle en 1960, Emmanuel Macron decidió hacer una parada en Nueva Orleans. Paseará sin duda por el Barrio Francés, el Centro Histórico de esta ciudad, poblada sobre todo por afroestadounidenses.
“Tenemos una historia en Nueva Orleans y cosas importantes que decir sobre el lugar que ocupa nuestra historia y lo que queremos hacer para el futuro”, señaló el Elíseo, sede de la presidencia francesa.
El jefe de Estado “celebrará un patrimonio franco-estadounidense”, pero también “rendirá homenaje a la resiliencia de una gran ciudad estadounidense” enlutada por el huracán Katrina, que causó más de 1.800 muertos y destrozos por valor de miles de millones de dólares en 2005.
Tiene previsto reunirse con “empresas comprometidas con los temas energéticos y climáticos”, según la presidencia. La ministra de Relaciones Exteriores, Catherine Colonna, y el gobernador de Luisiana, John Edwards, también firmarán un acuerdo sobre transición energética en este estado rico en gas y petróleo.
Acompañado por el director de cine Claude Lelouch y el bailarín y coreógrafo Benjamin Millepied, Emmanuel Macron se reunirá también con actores de la vida cultural de esta ciudad, cuna del jazz, al día siguiente de una cena de gala en la Casa Blanca amenizada por el pianista Jon Batiste, procedente de una familia de músicos de Nueva Orleans.
El jueves Emmanuel Macron y Joe Biden exhibieron su buena sintonía y cerraron filas para buscar una salida a la guerra en Ucrania, además de comprometerse a mitigar sus discrepancias en torno a un plan de fomento industrial estadounidense que París considera perjudicial para sus empresas porque concede subsidios masivos a los productos fabricados en Estados Unidos.