Miles de miembros de la minoría chií hazara protestaron por cuarto día consecutivo para pedir justicia por el asesinato el domingo pasado de 11 mineros de esta etnia en el suroeste de Pakistán.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) se reivindicó la masacre.
Uno 4 mil 500 manifestantes mantienen bloqueada una carretera en la localidad de Quetta con una decena de ataúdes, una protesta que mantendrán hasta que el primer ministro paquistaní, Imran Khan, les visite y les dé garantías de que les proporcionará más seguridad y que los responsables de la matanza serán llevados ante la justicia.
La comunidad hazara ha sido víctima de ataques durante mucho tiempo y las garantías de seguridad dadas hasta ahora no han cambiado nada. Por ello, queremos que venga el primer ministro”, dijo Allama Maqsood Domki, portavoz del partido político chií Majlis Wahdat-e-Muslimeen.
Los mineros, siete de ellos afganos, fueron asesinados el domingo en la zona de Machh de la provincia de Baluchistán, de la que Quetta es su capital, en un brutal acto.
Se trata del ataque más reciente contra la minoría chií hazara, originaria del centro de Asia, que sufre continuas agresiones en Pakistán y Afganistán.
En otras ciudades como la meridional Karachi, la capital económica de Pakistán, se vivieron también este jueves protestas por la inseguridad de esta minoría.
Tras la matanza, el primer ministro Imran Khan dio sus condolencias a las familias de los fallecidos, pero estos se han negado a aceptarlas y quieren que vaya en persona a Quetta.
Además, aseguró que se tomarán medidas contra estos actos.
Quiero asegurar a las familias hazaras que perdieron a sus seres queridos en el brutal ataque en Machh que soy consciente de su sufrimiento y demandas”, señaló Imran Khan.