El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, hizo un uso ilegítimo de su poder, declaró este lunes la fiscal general en la reanudación del juicio por corrupción al jefe del Gobierno, mientras se inician unas consultas poselectorales claves para su futuro político.
El primer ministro de 71 años está acusado de corrupción, fraude y abuso de confianza en tres casos.
Netanyahu niega todos los cargos en su contra.
Netanyahu hizo un mal uso de el gran poder gubernamental que se le confió, entre otras cosas para exigir y obtener beneficios indebidos de los propietarios de los principales medios de comunicación en Israel con el fin de promover sus asuntos personales, incluso cuando aspiró a ser reelecto”, dijo una fiscal en la apertura del juicio.
El primer ministro estuvo presente en el Tribunal de Distrito de Jerusalén para las declaraciones iniciales de la fiscalía y se fue antes de la comparecencia de los primeros testigos.
En los alrededores del Tribunal grupos de manifestantes mostraban pancartas donde se podía leer “Mentiroso”, “Vigilamos la democracia”.
Desde hace meses, estos manifestantes reclaman su dimisión delante de su residencia cada sábado.
Entretanto, el presidente de Israel, Reuven Rivlin, comenzará las negociaciones de dos días con altos cargos de los partidos.
Serán decisivas para el futuro político de Netanyahu.
El Likud, el partido de derecha del primer ministro, ganó las elecciones legislativas del 23 de marzo, las cuartas en menos de dos años, con 30 de los 120 escaños de la Knéset.
Pero, aunque les sume los de sus aliados, sigue sin alcanzar la mayoría de 61 escaños necesaria para formar un Gobierno estable.
Muchos partidos rivales quieren acabar con sus 12 años seguidos de mandato.