La región rusa de Belgorod, en la frontera con Ucrania, volvió a sufrir bombardeos este domingo, que según su gobernador dejaron cuatro heridos.
“Como resultado de los bombardeos en Belgorod, tres personas de la misma familia resultaron heridas”, dijo en Telegram el gobernador regional, Vyacheslav Gladkov.
De los heridos dos tuvieron que ser hospitalizados.
Además, el gobernador indicó que se registraron daños en más de 20 viviendas en la región y que un anciano sufrió una contusión.
En la ciudad de Belgorod se registraron cerca de 16 explosiones, según el Comité Ruso de Investigación, que indaga sobre los crímenes graves.
La localidad de Belgorod, de unos 330 mil habitantes, está a cerca de 40 kilómetros de la frontera con Ucrania.
Rusia denunció la semana pasada un “aumento considerable” de los bombardeos ucranianos en varias regiones rusas fronterizas.
El viernes, los bombardeos afectaron a una subestación eléctrica en Belgorod, provocando cortes de electricidad.
El sábado, dos hombres armados atacaron un terreno de entrenamiento militar en esta misma región, matando a 11 personas que eran voluntarias para combatir en Ucrania, un incidente calificado como un acto “terrorista” por el Ministerio ruso de Defensa.
Bajmut, una de las últimas posiciones donde los rusos avanzan en Ucrania
En Bajmut, en el este de Ucrania y una de las últimas posiciones donde los rusos avanzan, durante día las fuerzas ucranianas deben soportar una lluvia de obuses y por la noche una batalla cara a cara, cada vez más cercana, que enloquece a algunos.
Esta pequeña localidad, que tenía 70 mil habitantes antes de la guerra, vive bajo el reverberar de los obuses que caen dentro y los que salen desde esta posición.
En un momento del conflicto en el que el ejército ruso se bate en retirada, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, admitió el sábado que hay una situación militar sumamente “difícil” en torno a la ciudad de Bajmut. Los soldados ucranianos controlan todavía la mitad oeste y norte de la ciudad.
En el centro una línea de demarcación hecha con bloques de cemento y travesaños marca la frontera. Detrás de este “punto cero” está la zona gris, donde los combatientes rusos y sus aliados organizan la ofensiva.
Los fuerzas separatistas de la región de Donetsk, respaldadas por Rusia, participan en esta batalla. Han avanzado hacia el este y el sur, aprovechando la proximidad de su base para la retaguardia en la ciudad de Donetsk, a unos 100 kilómetros.