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Reportan “estable” a Lula da Silva tras cirugía de emergencia

El mandatario brasileño estará 48 horas en observación en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Sirio-Libanés en Sao Paulo.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de 79 años de edad, se encuentra estable y sin secuelas tras ser operado de emergencia en Sao Paulo, la madrugada de este martes, por una hemorragia intracraneal, informó su equipo médico.

“Lula está estable, conversando con normalidad y alimentándose. No tuvo secuela alguna tras la intervención realizada en el Hospital Sirio-Libanés”, explicó en conferencia de prensa el doctor Roberto Kalil, miembro del equipo médico a cargo de la cirugía.

Tras el procedimiento, que duró cerca de dos horas, el mandatario estará dos días en observación en la Unidad de Cuidados Intensivos, y permanecerá en el hospital hasta la próxima semana.

Los médicos explicaron que Lula se sintió indispuesto el lunes, con dolor de cabeza, por lo que se le realizó una resonancia magnética que mostró una “hemorragia intracraneal”, consecuencia de una caída que sufrió hace un mes y medio. Ante esta situación, fue trasladado a Sao Paulo y operado para drenar el hematoma.

“El sangrado fue entre el cerebro y la membrana duramadre. Comprimió el cerebro, fue removido, el cerebro descomprimido y las funciones neurológicas preservadas”, detalló el neurocirujano Marcos Stavale.

Los médicos aclararon que Lula no tuvo lesión cerebral producto del hematoma frontoparietal que sufrió.

Cabe destacar que el 19 de octubre, el presidente Lula se cayó en el baño de su residencia y sufrió una herida en la nuca, por la que tuvo que recibir puntos de sutura.

Por recomendación médica, a raíz de ese accidente, canceló su viaje a Rusia, donde debía participar en la cumbre de los Brics, en la que intervino por videoconferencia. Tampoco asistió como tenía previsto a la cumbre de Naciones Unidas sobre el clima COP29 en Bakú, la capital de Azerbaiyán.

Lula mantuvo sus compromisos en agenda pero despachó desde la residencia oficial durante varios días.

Un mes después, el 18 y 19 de noviembre, fue anfitrión de la cumbre del G20 en Río de Janeiro, donde recibió a decenas de mandatarios, entre ellos el estadounidense Joe Biden y el chino Xi Jinping. La semana pasada viajó a Montevideo, Uruguay, a la cumbre del Mercosur.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva con el exmandatario uruguayo José Mujica. Foto: AFP

“Estaré listo”

Lula asumió su tercer mandato en enero de 2023, después de haber ocupado la presidencia entre 2003 y 2010.

A poco menos de dos años de las próximas elecciones, en octubre de 2026, existe la percepción generalizada de que repetirá como candidato de la izquierda.

Aunque él ha señalado que aun es prematuro hablar de ello, en noviembre dijo que varios partidos lo apoyan y que, cuando sea propicio, lo discutirá “con mucha sobriedad y seriedad”.

“Si llegado el momento, los partidos entienden que no hay otro candidato para enfrentar a una persona de extrema derecha (…) obviamente estaré listo para enfrentarla”, dijo a CNN.

“Pero espero que no sea necesario y que haya una gran renovación política en Brasil”, agregó.

Ritmo intenso

Casado con Rosangela Janja da Silva, de 58 años, Lula tiene un intenso ritmo de trabajo.

El mandatario encadena eventos oficiales por todo Brasil, un país de dimensiones continentales, en los que ofrece largos y acalorados discursos.

A menudo habla de su buen estado de salud, señalando incluso que se siente mejor que nunca y que quiere “vivir hasta los 120 años”.

En 2011, fue diagnosticado de cáncer de laringe y logró una total remisión el año siguiente, tras someterse a radioterapia y quimioterapia.

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