Deslaves, ríos desbordados y más inundaciones sobre zonas anegadas intensificaron la tragedia en Centroamérica por los efectos de “Iota”, ya degradado a tormenta tropical.
Más de 20 personas han muerto.
En la comunidad de Peñas Blancas, Nicaragua, al menos 11 personas quedaron sepultadas por un alud de lodo y piedras.
Ahí están los forenses y no nos dejaron entrar, pero ya hicimos una oración ahí donde comenzó la avalancha”, señaló Pablo Espinoza, habitante de Peñas Blancas.
Prosigue el intenso trabajo de rescate, aunque con muy pocas esperanzas.
Son como ocho manzanas de deslave, y son dos viviendas. No hay nada, personas que vivan, todos están enterrados ahí”, comentó Víctor Aguilar, rescatista voluntario.
En el Valle de Sula, Honduras, la impotencia invadió a los pobladores al ver sus viviendas cubiertas por las aguas del Río Chamelecón.
No tenemos adónde ir. Todo se nos perdió. Se nos llenó la casa. No hay esperanza de regresar ahí. La verdad, como siempre pasa, orando y pidiéndole al gobierno que nos ayude. No vemos ninguna ayuda”, dijo Jorge García, damnificado de Honduras.
El meteoro ingresó este miércoles a El Salvador, en zonas previamente afectadas por el huracán “Eta”.
Guatemala ya también resiente los efectos de las lluvias. El desbordamiento del Río Dulce en la zona norte, inundó calles y casas.