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Reportan más de mil víctimas por bombas de racimo en Ucrania desde 2022

FOTO: AFP.

La Coalición contra las Bombas de Racimo documentó, en su informe de 2024, que estas armas han provocado la muerte, o heridas, a más de mil personas en Ucrania desde 2022, año en el que iniciaron los enfrentamientos con Rusia.

De acuerdo con el documento, Ucrania ha registrado el mayor número anual de víctimas de bombas de racimo en el mundo.

El texto detalla que antes de la guerra, este país en conflicto llevaba años sin registrar víctimas por este tipo de instrumento, sin embargo, en 2022 existieron 916 víctimas, mientras que el año pasado se registraron 219 incidentes.

“Se cree que el número real de víctimas es significativamente mayor”, advirtió la coalición.  

Foto. AFP.

El estudio indica que en aquel país existen amplios terrenos agrícolas contaminados con estos instrumentos, que por minas terrestres antipersonal y antivehículo, lo que obstaculiza el acceso a las áreas de siembra y, con ello, se amenaza la seguridad alimentaria.

La Coalición contra las Bombas de Racimo recordó que ni Rusia ni Ucrania forman parte de la Convención de Oslo, integrada por 112 naciones comprometidas a eliminar y a dejar de producir y vender estos instrumentos bélicos, por lo que los siguen utilizando.

Conviene recordar que Estados Unidos causó un gran revuelo el año pasado al decidir suministrar ese tipo de armas a Ucrania.

“Las acciones de los países que no han prohibido las municiones en racimo ponen en peligro a los civiles y amenazan la integridad y universalidad del tratado internacional que prohíbe estas abyectas armas”, explicó la directora de la coalición, Tamar Gabelnick.

FOTOGRAFÍA:  LUIS RAMÍREZ / AFP

¿Cómo funcionan las bombas de racimo?

Las bombas de racimo son armas que liberan o dispersan submuniciones concebidas para detonar antes, durante o después del impacto. Dependiendo del tipo de arma utilizada, el número de submuniciones oscila entre unas decenas y más de 600.

Pueden ser lanzadas desde aviones o disparadas con artillería, y representan una amenaza duradera: muchas no estallan al caer, por lo que se convierten en minas antipersona que pueden matar o mutilar incluso largo tiempo después de que el conflicto haya terminado.

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