El presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que está dispuesto a reactivar el acuerdo sobre los cereales con Ucrania, pocas horas después de que el ejército ruso bombardeara infraestructuras agrícolas ucranianas en un puerto fluvial en el Danubio.
“Lo haremos cuando se apliquen los acuerdos sobre las restricciones en las exportaciones de productos agrícolas rusos”, declaró Putin durante una rueda de prensa con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, en Sochi, en el litoral ruso en el mar Negro.
Durante esa misma comparecencia, Erdogan afirmó que su país ha hecho “nuevas propuestas” para reactivar el acuerdo sobre la exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro, alcanzado en el verano de 2022 a través de la mediación de Turquía y la Organización de la Naciones Unidas (ONU) y que fue suspendido en julio por Rusia.
El acuerdo del verano del año pasado contaba con un convenio paralelo para que Rusia pudiera vender sus productos, cuyos envíos se ven perjudicados por las sanciones occidentales contra Moscú, y el Kremlin espera propuestas concretas para volver a ceñirse al pacto.
El presidente ruso también anunció que están a punto de cerrar acuerdos con seis países africanos para hacerles envíos gratuitos de cereales. Estos envíos se efectuarán “en las próximas semanas”, precisó Putin.
Más allá de estas declaraciones, los dos dirigentes no hicieron anuncios más concretos sobre una reactivación del pacto cerealero en las próximas semanas, lo que permitiría la exportación de las cosechas de otoño de Ucrania, uno de los mayores exportadores de granos y aceite del mundo y del que depende el mercado alimentario mundial.
Erdogan es uno de los pocos líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que mantiene buenas relaciones con Putin y se espera que este encuentro en Sochi sea además una plataforma para una negociación más amplia para una paz entre Kiev y Moscú.
Tensión en el mar Negro
En el frente, las autoridades ucranianas informaron de nuevos bombardeos rusos contra infraestructura agrícola e industrial en Izmail, en el suroeste, donde está un puerto fluvial del Danubio que es clave para las exportaciones ucranianas.
Kiev afirmó que derribó 23 drones lanzados por Rusia en el sur y en el sudeste.
Oleg Kiper, el gobernador de la región de Odesa, en el sur, informó que “en varias localidades del distrito de Izmail hubo daños en bodegas y edificios de fábricas, maquinaria agrícola y empresas industriales”, sin víctimas.
El puerto fluvial de Izmail se ha convertido en la principal ruta de las exportaciones ucranianas después de que Rusia se retirara del acuerdo del mar Negro.
Los militares ucranianos informaron que Rusia utilizó drones Shahed, de fabricación iraní, en el ataque nocturno que calificaron como “masivo” y dijeron que “fue dirigido contra la infraestructura civil de la zona del Danubio”.
Horas después, el ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania informó que durante el ataque hubo drones rusos que cayeron en territorio de Rumania, pero Bucarest desmintió “categóricamente” esta afirmación.
Rusia afirmó este lunes que destruyó cuatro lanchas rápidas ucranianas que transportaban soldados en el mar Negro, después de que el 30 de agosto las fuerzas rusas reivindicaron que destrozaron embarcaciones de las fuerzas especiales de Kiev.
Las autoridades rusas afirmaron que las embarcaciones viajaban en dirección a cabo Tarjankut, al oeste de la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014.
Moscú también denunció este lunes que repelió bombardeos ucranianos con drones, uno cerca de la península de Crimea, y otro en Kursk, una región rusa del sur cercana a la frontera con Ucrania.
En el avance de la contraofensiva ucraniana, Kiev reivindicó este lunes que sus tropas lograron progresos reducidos en el frente sur, donde concentra su operación para repeler a las fuerzas rusas, y que también recuperó territorio cerca de Bajmut, una localidad del este, arrasada por los combates y que Rusia logró tomar en mayo tras una lucha feroz.
En la capital ucraniana, las autoridades anunciaron que recibieron una nueva alerta de bomba contra todas las escuelas de Kiev, tres días después de una primera amenaza, que resultó falsa, el primero de septiembre, la fecha del inicio del curso escolar.
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