Las fuerzas rusas bombardearon un centro de transfusión sanguínea en la región de Járkov provocando “muertos y heridos”, informó el sábado el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Poco antes, el mandatario ucraniano informó en su discurso vespertino diario que misiles rusos habían golpeado las instalaciones del grupo aeronáutico Motor Sich, una de las empresas controladas por el Gobierno desde el principio de la guerra.
“Este crimen de guerra lo dice todo por sí mismo sobre la agresión rusa”, acusó el Presidente y agregó que Rusia no podrá sustituir el derecho internacional por el terror.
La fábrica de Motor Sich se encuentra cerca de Jmelnitski, a unos 300 kilómetros al suroeste de Kiev. La región, donde se encuentra una importante base aérea ucraniana, ha sido blanco regular de ataques rusos en los últimos meses.
En su intervención, Zelenski se mantuvo desafiante e insistió en que “no importa cuántos ataques rusos haya, no servirán de nada al enemigo”.
“Algunos de los misiles fueron derribados gracias a nuestros soldados de defensa aérea. Pero no importa cuántos de esos ataques rusos haya, no lograrán el objetivo del enemigo”, dijo Zelenski.
Las operaciones militares de ambos bandos se han intensificado en Crimea desde que Rusia se retiró a mediados de julio del acuerdo que permitía a Ucrania exportar granos por esa vía marítima.