Las fuerzas de Rusia han aumentado la presión el miércoles alrededor de la resistencia ucraniana, atrincherándoles en una planta siderúrgica, lo que representa el último bastión conocido en Mariúpol. Un combatiente advirtió en un video que “puede que solo queden unos días u horas”.
Conforme la resistencia ucraniana sufría nuevos ataques, otro intento de evacuar a los civiles atrapados en la ciudad portuaria fracasó debido a los continuos bombardeos.
Salen autobuses con civiles
Cuatro autobuses de evacuación de civiles salieron con éxito del puerto ucraniano de Mariúpol, sitiado por las tropas rusas, anunció este jueves la viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk.
Las evacuaciones, que deben proseguir este jueves, se producen cuando este puerto estratégico del Mar de Azov, en el sureste de Ucrania, parece estar a punto de caer en manos de los rusos tras casi dos meses de asedio.
Los últimos combatientes ucranianos que resisten atrincherados en la acería Azovstal rechazan rendirse y reclaman a la comunidad internacional “garantías de seguridad” antes de deponer las armas.
Varios centenares de civiles, sin agua ni comida, están refugiados en esa fábrica junto al 36 batallón del ejército ucraniano y el Batallón Azov, las dos últimas unidades resistiendo, según las autoridades ucranianas.
El consejero presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak, solicitó una “sesión especial de negociaciones” en Mariúpol para salvar a los combatientes y a los civiles.