A solo días del reinicio de las negociaciones de paz, Rusia intensificó su ofensiva militar en Ucrania con nuevos bombardeos. Entre la noche del 30 y la mañana del 31 de mayo, el ejército ruso lanzó más de 100 drones y cinco misiles sobre diversas regiones ucranianas, causando al menos 10 muertos, entre ellos una niña de 9 años, y dejando más de 30 heridos.
La ofensiva aérea también impactó instalaciones residenciales y agrícolas. El gobernador de Zaporizhia informó que en la aldea de Dolynka una casa fue destruida y varios vehículos dañados, mientras que una menor perdió la vida. En Járkiv, seis personas resultaron heridas, y en Jersón se registraron tres muertes tras ataques con drones y artillería.
Evacuaciones y avance
El ejército ruso logró tomar el control de las localidades de Novopil (Donetsk) y Vodolahy (Sumy), lo que llevó a las autoridades ucranianas a ordenar la evacuación de 11 nuevos asentamientos.
En total, ya suman 213 las zonas bajo desalojo en la región fronteriza con Kursk. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que cerca de 50 mil soldados rusos se concentran en la zona norte para establecer una “zona de seguridad”.
Mientras tanto, las fuerzas ucranianas también intensificaron sus operaciones. Un ataque en Kursk, atribuido al ejército de Kiev, dejó 14 heridos, incluyendo cuatro niños. Las autoridades rusas aseguraron que todos fueron hospitalizados.
En paralelo, Moscú anunció la presentación de un “memorando de paz” en la próxima reunión en Estambul, prevista para el lunes 2 de junio. Sin embargo, Ucrania aún no confirma oficialmente su participación. El asesor presidencial Andrii Yermak condicionó el diálogo a que Rusia presente previamente dicho documento.
El presidente Zelenski denunció que el Kremlin “está socavando la diplomacia” al ocultar el contenido del memorando. Subrayó que no hay claridad sobre su formato ni certeza de que Moscú esté dispuesto a detener su avance territorial dentro y fuera de Ucrania.