En una audiencia a puerta cerrada, un tribunal ruso de la ciudad de Kazan prolongó hasta el 5 de agosto la detención preventiva de la periodista ruso-estadounidense Alsu Kurmasheva, arrestada en octubre de 2023 por no haberse inscrito como “agente del extranjero”, un calificativo que implica una pesada serie de limitaciones administrativas.
Kurmasheva, de 47 años de edad, está acusada también de difundir “información falsa” sobre el ejército de Rusia, lo que podría costarle una pena de hasta 15 años de prisión. El medio para el que trabaja, Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL), señala que se trata de una acusación “sin fundamento”.
De acuerdo con medios locales, los señalamientos sobre difundir información falsa, se relacionan con su participación en la publicación de un libro con testimonios de uniformados rusos que se oponen a la ofensiva en Ucrania.
Kurmasheva residía en Praga con su esposo y sus dos hijas adolescentes, pero viajó a Rusia para visitar a su abuela enferma, sin embargo, ya no pudo salir del país porque las autoridades le confiscaron sus dos pasaportes, el ruso y el estadounidense.
No es el único caso
El caso de Alsu Kurmasheva no es el único, ya que, en marzo de 2023, el periodista estadounidense Evan Gershkovich, corresponsal de The Wall Street Journal, fue detenido cuando realizaba un reportaje.
Está acusado de espionaje, cargo que tanto él como el medio en que trabaja han negado. Sin embargo, a finales de marzo, su detención provisional fue prolongada hasta el 30 de junio.
Por su parte, Washington acusa a Moscú de arrestar injustificadamente a ciudadanos estadounidenses para después intercambiarlos por rusos presos en países occidentales.