
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, obtuvo de su aliado chino, Wang Yi, una reafirmación de la amistad de ambos países frente a Estados Unidos en su visión de construir un nuevo orden mundial.
Ante la resistencia ucraniana y la unidad de las democracias occidentales, que le impusieron sanciones sin precedentes, Lavrov aprovechó un encuentro bilateral en China con su homólogo Wang Yi para anunciar el advenimiento de un nuevo orden mundial, soñado por ambos países.
“Estoy convencido de que al final de esta etapa la situación internacional será mucho más clara y que nosotros, juntos con ustedes y con nuestros partidarios, avanzaremos hacia un orden mundial multipolar, justo, democrático”, dijo Lavrov al ministro chino.
En un comunicado difundido por el Gobierno ruso, los dos países anunciaron que continuarán profundizando la coordinación en política exterior y ampliando la acción conjunta, pero sin anunciar medidas concretas de apoyo de China a Rusia.
Las potencias occidentales advirtieron a Pekín que no apoye al régimen del presidente Vladimir Putin de ninguna manera.
“La cooperación chino-rusa no tiene límites. Nuestra búsqueda de la paz es ilimitada, nuestra defensa de la seguridad es ilimitada, nuestra oposición a la hegemonía es ilimitada”, enumeró un portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin.
El Gobierno chino rechazó condenar la intervención militar de Rusia en Ucrania, que inició el 24 de febrero.
Unas semanas antes, Putin fue recibido por su homólogo, Xi Jinping, en Pekín. Ambos celebraron una amistad “sin límites” y denunciaron la “expansión” de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).