Sin el espíritu laborioso de la abeja, usted lector no podría saborear un rico plato de frijoles o una ensalada de pepino con naranja. Gracias a ese pequeño insecto, de apenas .008 gramos de peso, se mantiene la alta diversidad genética de nuestro país, lo que permite una gran variedad de alimentos en nuestra dieta con una importante serie de complejos vitamínicos esenciales.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 75% de los cultivos de frutas o semillas de todo el mundo dependen en parte de los polinizadores como las abejas domésticas y silvestres, abejorros, avispas, mariposas, moscas, escarabajos, colibríes y murciélagos.
Sin embargo, sus poblaciones están siendo afectadas drásticamente por efecto de las actividades humanas como la deforestación, el cambio de uso de suelo, la utilización de plaguicidas en la agricultura y el cambio climático.
Ante esta alarmante situación y con la finalidad de dar a conocer a la sociedad el papel esencial de las abejas, en particular en la alimentación, la salud y el medio ambiente, en 2016 la República de Eslovenia impulsó una iniciativa, respaldada en 2017 por la Asamblea General de la ONU, que proclamó unánimemente el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas, para dar paso a su celebración por primera vez en 2018.
Para la FAO, las abejas y la apicultura desempeñan un papel importante para el medio ambiente y la producción agrícola en el apoyo a los medios de vida rurales, la creación de empleos rurales dignos y la mejora de la seguridad alimentaria y la nutrición.
El área de Agroecología de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales realiza un llamado a la ciudadanía a hacer su propio jardín de polinizadores con la siembra de plantas que las provean de alimento y refugio:
- Árboles de naranja, limón, guayaba, ciruelo, durazno, manzana y pera.
- Arbustivas como hierba del carbonero o escoba, hinojo, cola de caballo, tronadora, muicle, huele de noche, azomiate, granada y azalea.
- Suculentas como sábila y cactáceas.
- Herbáceas silvestres/medicinales como pericón, mirasoles, cempasúchil, siempreviva, diente de león, gordolobo, mirto, verbena y manzanilla.
- Ornamentales como lavanda, dalias, caléndula y romero.
- Trepadoras como pitahaya, coralillo y mantos.
A continuación, se enlistan algunos de los cultivos que requieren de los servicios ecosistémicos de los polinizadores:
- Leguminosas: frijol, haba, chícharo.
- Cucurbitáceas: melón, sandía, calabaza, pepino.
- Cítricos: naranja, mandarina, toronja.
- Rosáceas: manzana, pera, ciruela, tejocote, capulín.
- Café
- Cacao
- Vainilla
- Fresa (puede fructificar sin polinización, pero su sabor es deficiente).
Este día, en que se abre la oportunidad de conocer más a este diminuto insecto, se hace un llamado a cuidarlo, promover acciones para su conservación y apoyar el desarrollo sostenible del sector apícola.
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