Internacional

Salen miles de manifestantes en Myanmar pese a amenazas de la junta militar

Miles de personas tomaron las calles de varias ciudades de Myanmar este lunes para denunciar, una vez más, el Golpe de Estado, desafiando a la junta militar, que advirtió que los participantes en las protestas se arriesgan a morir.

Tres semanas después del golpe del 1 de febrero, la movilización prodemocracia se mantiene viva, con protestas diarias y una campaña de desobediencia civil que perturba el funcionamiento del Estado y la economía.

La preocupación a nivel internacional sigue en aumento y el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, condenó la fuerza bruta y pidió al ejército que detenga inmediatamente la represión.

De su lado, la Unión Europea (UE) decidió imponer sanciones contra la junta, anunció en Bruselas el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell.

 

Los ministros de Relaciones Exteriores de la UE decidieron sanciones focalizadas contra los intereses económicos y financieros de los militares, porque en ese país son empresarios y dueños de partes de la economía”, señaló Josep Borrell.

El fin de semana estuvo marcado por la muerte de tres manifestantes y el deceso, el viernes, de una joven que había sido herida de bala en una marcha.

Además, el domingo por la noche, las autoridades aseguraron que los manifestantes están incitando a la gente, sobre todo a los adolescentes y jóvenes exaltados a lanzarse sobre la vía de la confrontación en la que morirán.

Sin embargo, la advertencia del poder no hizo mella en los manifestantes.

Este lunes se congregaron de nuevo miles en las calles de Rangún, la capital económica.

En Bahan, uno de los barrios de la ciudad, los manifestantes se sentaron en el piso y llevaban banderolas de apoyo a la jefa del Gobierno civil depuesta, Aung San Suu Kyi, que está detenida desde el 1 de febrero en un lugar secreto.

 

Estamos aquí para participar en la manifestación, para luchar hasta que ganemos. Estamos preocupados por la represión pero seguiremos. Tenemos mucha rabia “, comentó Kyaw Kyaw, estudiante.

Los habitantes de Rangún pudieron constatar el refuerzo de las fuerzas de seguridad, que desplegaron multitud de camiones de la policía y el ejército en las calles, mientras las calles cercanas al barrio fueron acordonadas por las fuerzas del orden.

Además, numerosos mercados y comercios permanecieron cerrados en solidaridad con el movimiento prodemocracia.

También hubo manifestaciones en la capital, Naipyidó, y en las ciudades de Myitkyina y Dawei.

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