Internacional

Se movilizan en el mundo para exigir alto a violencia en comunidades zapatistas

Al llamado de #NoAlaGuerraChiapas, se registraron movilizaciones en México y otras partes del mundo en solidaridad y apoyo con las comunidades zapatistas que han sido víctimas de la intensificación de la violencia paramilitar.

Las acciones globales se convocaron para exigir un alto a la violencia perpetrada a las comunidades zapatistas, tras un comunicado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), publicado el pasado 19 de septiembre, en el cual advirtió que “Chiapas está al borde de la guerra”.

En 46 ciudades de Europa o Slumil K’ajxemk’op, como la renombraron los zapatistas, en donde se encuentra la Travesía por la vida, y en algunas entidades como Chiapas, Baja California y Ciudad de México se llevaron a cabo estas manifestaciones.

En Ciudad de México, la marcha estuvo encabezada por el pueblo Otomí residente de la metrópoli,  sobre avenida Reforma, hacia la Secretaría de Gobernación (Segob). Partieron al menos un centenar de personas

Durante la caminata,  los manifestantes lanzaron algunas consignas contra el Gobierno de Chiapas, que encabeza Rutilio Escandón Cadenas, ya que consideran inacción para resolver el conflicto en la entidad.

Los manifestantes

Frente al edificio de Segob, los manifestantes pidieron un alto a la guerra y denunciaron que varios pueblos en los Altos de Chiapas también han sido violentados por el crimen organizado y paramilitares.  

Algunos padres y madres de los desaparecidos de los 43 normalistas de Ayotzinapa se sumaron a la manifestación. Una de las madres compartió al micrófono que en el caso de los normalistas no ha existido justicia, a siete años de los hechos perpetrados contra los estudiantes, “no hay ni verdad ni justicia, siete años de sufrimiento, de dolor, de andar en la lucha, de andar caminando”. 

 

Recuento

La violencia se ha intensificado en Chiapas como herencia de los conflictos armados que se han prolongado hacia las comunidades indígenas zapatistas. La presencia de grupos paramilitares como la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO) y la confabulación entre partidos políticos y los gobiernos con el crimen organizado, han complejizado el panorama.

No son hechos aislados, sino que responde al acoso histórico que han padecido las comunidades zapatistas desde su formación en los noventa –basta recordar la masacre de Acteal del 22 de diciembre de 1997–. Desde entonces grupos paramilitares han sido financiados para generar violencia y represión que busca de disolver el proyecto zapatista.

En los últimos meses la violencia se ha recrudecido en diversos puntos de la entidad. En el municipio de Aldama, en lo que va de septiembre, se han intensificado los ataques por parte de grupos armados provenientes de Chenalhó: hasta ahora suman 122 agresiones con armas de fuego, 7 personas asesinadas y 22 personas heridas (con datos actualizados hasta el 24 de septiembre). El pasado 15 de septiembre estos ataques cobraron la vida de Domingo Sántiz Jiménez, originario de la comunidad de Xuxch’en, Aldama, y miembro del EZLN.

En San Cristóbal de las Casas, el pasado 8 de septiembre, se registró el enfrentamiento de grupos armados en la Zona norte, dejando un saldo de dos personas muertas, 10 heridas y múltiples casas quemadas.

En Pantelhó, en agosto, se registró una serie de conflictos derivados de los presuntos nexos del gobierno municipal con el crimen organizado, liderado por el grupo de “Los Herrera”, que asolaron a los habitantes con el incremento de asesinatos, robos, desapariciones y ataques armados. Estos hechos impactaron en el desplazamiento forzado de 3 mil 500 personas a municipios vecinos. Para hacer frente a esta violencia surgió el Grupo de Autodefensas “El Machete”, conformado por pobladores.

En Ocosingo, el EZLN acuso a la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO) del secuestró de Sebastián Núñez Pérez y José Antonio Sánchez Juárez, autoridades autónomas de la Junta de Buen Gobierno de Patria Nueva, mientras “La Extemporánea” se encontraba en Ciudad de México rumbo a Europa.

Además, denunció el secuestro y tortura a Félix López Hernández, base de apoyo del movimiento, así como diversos enfrentamientos armados, asesinatos, desapariciones y luchas por las plazas de la delincuencia organizada.

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