Singapur anunció una serie de restricciones para frenar el reciente aumento de los casos de COVID-19 en el territorio que, durante meses, no registró casi ningún caso de contagio local.
A partir del domingo, los restaurantes ya no podrán servir a sus clientes (solo podrán vender para llevar), se prohibirán las reuniones de más de dos personas en el exterior y las visitas a domicilio se limitarán a dos personas, anunciaron las autoridades en una conferencia de prensa.
Estas medidas, en vigor hasta el 13 de junio, son similares a las impuestas el año pasado durante un confinamiento parcial que asestó un duro golpe a la economía del país, que entró el año pasado en la peor recesión de su historia.
En las últimas semanas, el número de casos de coronavirus aumentó y las autoridades registraron varios brotes, entre ellos uno de 46 personas en el aeropuerto, principalmente empleados.
Tras un confinamiento parcial y una rigurosa campaña de pruebas de detección y de rastreo, el COVID-19 había desaparecido casi por completo en Singapur y no se había informado de ningún caso de transmisión local en los últimos meses.
Este aumento de los contagios local amenaza la “burbuja” aérea entre Singapur y Hong Kong, prevista para el 26 de mayo.
Singapur, con 5.7 millones de habitantes, registró un total de 61 mil casos y 31 muertes relacionadas con el coronavirus, cifras muy bajas en comparación con el resto del mundo.