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Sospechoso de masacre en supermercado de Buffalo se declara culpable

Foto de AP

El sospechoso de la masacre en un supermercado en un vecindario predominantemente de color en Buffalo, Estados Unidos, se declaró culpable este lunes de cobrar la vida de 10 personas y herir a otras tres. Dijo que pasará el resto de su vida en prisión.

Payton Gendron, de 19 años, se declaró culpable este lunes en un Tribunal a unas 2 millas del supermercado donde usó un rifle semiautomático y un chaleco antibalas para llevar a cabo un ataque racista que esperaba ayudaría a preservar el poder blanco en Estados Unidos.

Gendron se declaró culpable de todos los cargos en la acusación del jurado, incluidos asesinato, asesinato como delito de odio y terrorismo doméstico motivado por el odio, lo que conlleva una sentencia automática de cadena perpetua sin libertad condicional.

También se declaró culpable de herir a tres personas que sobrevivieron al ataque de mayo pasado.

Por su parte, los abogados de Gendron revelaron en las últimas semanas que planeaba declararse culpable de todos los cargos en una acusación estatal y renunciar a su derecho a apelar, según los abogados John Elmore y Terrence Connors, que representan a las familias de los muertos y heridos.

Asimismo, Gendron enfrenta cargos por delitos de odio federales separados que podrían resultar en una sentencia de muerte si es declarado culpable. El Departamento de Justicia de Estados Unidos no ha dicho si buscará la pena capital.

Los investigadores dijeron que Gendron condujo unas tres horas hasta Buffalo desde su casa en Conklin, Nueva York, con la intención de matar a la mayor cantidad posible de personas de color en una tienda que eligió debido a su ubicación.

El atentado

Poco antes de abrir fuego con un rifle estilo AR-15 el pasado 14 de mayo, Gendron publicó documentos que describían sus puntos de vista supremacistas blancos y reveló que había estado planeando el ataque durante meses.

Dentro de la tienda, recorrió los pasillos y transmitió en vivo el ataque desde una cámara montada en un casco mientras disparaba a los empleados y compradores de la tienda. Los asesinados tenían entre 32 y 86 años.

Fue arrestado en el estacionamiento al salir por la entrada principal de la tienda.

Desde entonces, los familiares de las víctimas han pedido al Congreso que aborde los problemas de la supremacía blanca y la violencia con armas de fuego.

Luego del atentado, el supermercado estuvo cerrado durante dos meses.

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