Internacional

Sri Lanka enfrenta su peor crisis económica; familias pasan hambre

El Programa Mundial de Alimentos estimó que casi cinco millones de personas necesitan ayuda alimentaria en Sri Lanka y que cinco de cada seis familias se saltan comidas.

Lleva el pelo bien peinado, pero su mejillas están hundidas y unas venas visibles recorren su cuerpo demacrado. Como muchos esrilanqueses, Milton Pereira y su familia no pueden comprar suficiente comida.

Mientras Sri Lanka se enfrenta a su peor crisis económica y a una espiral de inflación, que desencadenó una ola de protestas que provocó la caída del presidente la semana pasada, Gotabaya Rajapaksa, los esrilanqueses compran, comen y trabajan menos.

“Es muy difícil vivir, incluso el pan está caro. Si comemos una comida, nos saltamos la otra. Como no tenemos mucho dinero damos el pescado a los niños y los adultos nos contentamos con la salsa”, dijo Pereira cuya familia cuenta seis niños.

Los problemas económicos, según los opositores, de esta isla del Océano Índico, se vieron agravados por la mala gestión del Gobierno.

La inflación alimentaria en Sri Lanka alcanzó 80.1% interanual en junio y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) estimó que casi cinco millones de personas necesitan ayuda alimentaria y que cinco de cada seis familias se saltan comidas, comen menos o compran alimentos de menor calidad.

El principal mercado de verduras al por mayor de New Manning, en Colombo, con compradores y vendedores empujándose con sus bolsas de comida. Sin embargo, los comerciantes afirman que el negocio se redujo a más de la mitad desde marzo.  

“Los precios de todo se han duplicado con creces. Algunas de las verduras no vendidas van a parar a la basura y muchos pobres vienen a recogerlas cada día después del cierre del mercado”, señaló un comerciante que calcula que sus ventas han caído 70%.

Algunas personas recorren largas distancias para acudir a este mercado a primera hora de la mañana para comprar pequeñas cantidades de verduras para su cocina a precios de mayorista.

“No tengo más remedio que caminar 10 kilómetros hasta este mercado, porque la comida es más barata que en los comercios cercanos a mi casa”, mencionó Howzy, de 50 años.

En el cuartel general del movimiento de protesta que provocó la dimisión del expresidente Gotabaya Rajapaksa, un antiguo funcionario, Theodore Rajapakse, enseñó a las y los residentes a cultivar verduras en pequeñas parcelas cercanas a sus casas.

Las perspectivas de mejora inmediata son limitadas y el sucesor más probable del presidente, el exprimer ministro Ranil Wickremesinghe, es rechazado por las y los manifestantes, que lo consideran un aliado de Rajapaksa.

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