Cientos de bíperes y walkie-talkies de miembros del movimiento islamista Hezbolá estallaron en todo Líbano esta semana, un ataque sin precedentes que dejó casi tres mil personas heridas y 37 muertas.
Estas explosiones ocurridas el 17 y 18 de septiembre asestaron un duro golpe a esta milicia afín a Irán, que imputó a Israel la responsabilidad y prometió vengarse.
El jefe de Hezbolá, Hasan Nasralá, prometió “duras represalias y un justo castigo” contra Israel por las explosiones de aparatos de comunicación.
“Duras represalias y un justo castigo, tanto donde lo espera como donde no lo espera”, declaró Nasralá en su primer discurso desde esos ataques, añadiendo que no daría ningún detalle sobre “el momento, el lugar o el tipo” de represalias encaradas.
¿Qué ocurrió en el Líbano?
El ataque comenzó el 17 de septiembre cuando cientos de bíperes de miembros de Hezbolá estallaron casi simultáneamente en varios bastiones (una fortificación exterior, situada generalmente en las esquinas de los muros de una fortaleza) del movimiento en el sur de Beirut, en Líbano.
Esta primera ola de explosiones, según el Ministerio de Salud de Líbano, dejó al menos 12 personas muertas. Un día después, estallaron walkie-talkies en bastiones de Hezbolá, dejando un balance de 25 muertos.
Ante ello, el ministro de Salud de Líbano, Firass Abiad, declaró a la cadena Al Jazeera que la segunda ola de explosiones fue más letal porque los walkie-talkies son aparatos más voluminosos.
Estos ataques sembraron el pánico en todo Líbano y no sólo en los bastiones de este movimiento aliado del grupo palestino Hamás.
¿Qué ha dicho Israel?
Israel se ha abstenido de comentar la serie de explosiones que comenzaron horas después de que anunciara la extensión a su frontera con Líbano como parte de sus objetivos de la guerra iniciada en octubre contra Hamás en la Franja de Gaza.
Desde que empezó la guerra en Gaza, la frontera con Líbano se ha convertido en escenario de duelos de artillería casi diarios entre el ejército israelí y Hezbolá, que provocaron el desplazamiento de decenas de miles de civiles en ambos países.
Estos enfrentamientos, que no han llegado a constituir una guerra abierta, provocaron la muerte de cientos de personas en Líbano, la mayoría combatientes, y de decenas en Israel.
Frente a este panorama, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo que el “centro de gravedad” de la guerra se está moviendo “hacia el norte”.
¿Cómo se llevaron a cabo los ataques?
Los expertos estiman que es probable que los explosivos fueron colocados dentro de los aparatos antes de que los dispositivos fueran entregados a Hezbolá.
Una investigación preliminar mostró que los bíperes “estaban preprogramados para estallar y contenían materiales explosivos colocados junto a la batería”, indicó un alto mando de seguridad de Líbano, que habló bajo condición de anonimato.
El diario estadounidense The New York Times reportó que los bíperes que explotaron fueron encargados a la empresa taiwanesa Gold Apollo. La compañía informó que fueron fabricados por la entidad asociada BAC Consulting KFT en Hungría.
Un portavoz del gobierno de Hungría indicó que la empresa era “un intermediario comercial, sin plantas de fabricación” en el país.
En tanto, la empresa japonesa Icom afirmó que dejó de producir hace 10 años el modelo de walkie-talkies que presuntamente estallaron de forma simultánea.