Armin Laschet, considerado el sucesor de Angela Merkel y hasta ahora favorito en las elecciones alemanas de septiembre, comenzó su campaña este miércoles con los sondeos mostrando una alarmante caída de su popularidad, lo que aumenta la incertidumbre de cara a los comicios.
El líder conservador inició en un centro de boxeo para jóvenes de Fráncfort su maratón de reuniones con la vista puesta en las legislativas del 26 de septiembre, tras las cuales la canciller dejará el poder.
Pero, aunque el candidato pretendiera enviar con esa visita un mensaje de que está dispuesto a “pelear”, el efecto podría ser limitado.
“¡Sondeo sorprendente!”, titulaba este miércoles el diario Bild, el más leído de Alemania, sobre una encuesta realizada por el instituto Forsa para la cadena RTL, que acredita un 23% de los votos a los conservadores.
Esto son 13 puntos menos que los que se le acordaban a principios de año, pese a que hace solo unas semanas podía contar con cerca de 30% de los sufragios.
Ahora, a Laschet le pisan los talones los ecologistas e, incluso, los socialdemócratas del SPD, que han logrado escalar varios puestos en las encuestas a pesar de haber estado en declive durante mucho tiempo, alcanzando 19% bajo el liderazgo de Olaf Scholz, actual ministro de Finanzas, que está jugando con éxito la carta de la competencia.
Armin Laschet está siendo castigado por su gestión de las inundaciones en Alemania durante julio, pues el político conservador también está al frente de una de las dos regiones más afectadas por la catástrofe, Renania del Norte-Westfalia.
Las autoridades de ese estado llevan semanas en el punto de mira, acusadas de no haber advertido a tiempo a la población a pesar de los avisos de los servicios de meteorología.
Durante una visita reciente a su región, Laschet fue incluso agredido por algunos de los vecinos de la zona, que se quejaban de la lentitud de las ayudas públicas a pesar de que lo habían perdido todo.
Tampoco le ayudaron las imágenes en las que aparecía en actitud alegre junto al jefe del Estado, durante una visita de este último a su región para rendir homenaje a las decenas de víctimas de las inundaciones.
Hasta ahora, había sido su rival ecologista, Annalena Baerbock, la que se había visto debilitada por ese tipo de acusaciones.
Faltan solo seis semanas para las legislativas y el giro que ha dado la situación hace que la posición del candidato de la derecha sea de lo más incierta.
Los conservadores de Merkel, pese a estar en cabeza, están sumidos en una espiral negativa y nada les garantiza que puedan conservar la cancillería.